El CEMAED, una deuda del Estado Municipal

Uno de las grandes cuentas pendientes del Estado Municipal es la falta de implementación de políticas de seguridad basadas en el registro de los datos sobre los delitos que ocurren en la comuna.

Fundado en noviembre de 2013, el organismo encargado de proporcionar dicha información es el CAMAED (Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito). “Las funciones del área son la compilación y creación de registros delictuales, el análisis de datos y la elaboración de propuestas de acciones, medidas y planes de seguridad para todo el territorio del Partido de General Pueyrredon”, se explica en la web oficial de la Secretaría de Seguridad.

Sin embargo, la falta de apoyo político y de financiamiento han minado la funcionalidad del área. El último informe mensual sobre el mapa del delito en la ciudad fue en noviembre de 2019, bajo la gestión de Marcelo Lencina. Según supo este medio, de las 13 personas que había trabajando en el CEMAED cuando se creó, hoy hay una sola. 

Su actividad fue normada en la ordenanza N° 21.993, que dispuso la creación de la Policía Local. El mismo Plan de Seguridad 2017-2019, impulsado por el ex secretario Fernando Telpuk, da cuenta de la relevancia de los datos para llevar a cabo políticas de prevención.

“El punto de partida para el diseño e implementación de acciones es el conocimiento. La política pública parte de una base documental que promueve la interpretación de los fenómenos, el entendimiento de su origen, desarrollo y consecuencias. Esta modalidad marca un posicionamiento diferente que propone un abordaje integral desde la estructura estatal con base en diagnósticos y evaluaciones periódicas y regulares y no cae en la simplificación de las “soluciones” vinculadas solo al refuerzo de la logística o los recursos policiales”, se explica en el documento al que tuvo acceso La Tecla Mar del Plata.

Y se remarca: “Para poder contextualizar debidamente los fenómenos delictivos es necesario contar con datos que permitan configurar el cuadro de situación del delito y la violencia. Esos datos son procesados y evaluados para transformarlos posteriormente en información confiable que sirva como base para la toma de decisiones en materia de seguridad. La información permite, por un lado, diagnosticar lo que sucede en el Municipio y, por otro, hacer un despliegue y uso inteligente de los recursos disponibles y finitos del Estado, distribuyéndolos de acuerdo a las necesidades reales que indica el análisis territorial”.  

En el marco de la presentación del presupuesto 2020 de la Secretaría de Seguridad, el titular del área, Darío Oroquieta, habló al respecto: “Mostramos un modelo que tiene como base fundamental el trabajo basado en el mapa del delito, en mantener el CEMAED dentro de la Secretaría de Seguridad y potenciarlos con estadísticas, con recursos operativos dinámicos acordes con las situaciones que nos vienen sucediendo”, planteó.

Sin embargo, a la fecha, nada de ello se ha impulsado: las estadísticas brillan por su ausencia. “No tiene un impulso político para acceder a las fuentes delictivas, no tiene financiación ni tecnología. Está absolutamente rezagado”, asegura una fuente municipal con pasado en la cartera que hoy conduce Oroquieta, en relación a la situación actual del área.

La preocupación es aún mayor si se atiende el aumento de la criminalidad de las últimas semanas. Según fuentes judiciales consultadas por este medio, antes de la cuarentena se detenían, en promedio, entre 7 y 10 personas por día en el Municipio.

El número bajó drásticamente a partir de la medida del Gobierno Nacional. En el transcurso de la misma, comenzaron a dispararse los casos de violencia de género, pero las actuaciones policiales seguían en descenso, más allá de las notificaciones por infringir el aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Con un cuadro sanitario favorable, General Pueyrredon paulatinamente está volviendo a la circulación “normal”, mediante la reactivación económica. Y las estadísticas comienzan a preocupar. Es que si bien todavía no volvieron la totalidad de las actividades, como ocurre, por caso, con los establecimientos educativos de todos los niveles, el delito sube.

Aproximadamente, ya se están deteniendo alrededor de 10 personas por día. Y el número va en aumento. Según plantearon fuentes del Poder Judicial, la cifra ascendería a 15 detenidos por jornada en la nueva normalidad si se mantiene la tendencia. 

Las modalidades delictivas tienen que ver principalmente con intentos de robo y hurto, algo que se expandirá con la apertura de la totalidad de los comercios y sectores en la comuna. 

Capítulo aparte para el narcotráfico, que está volviendo al ruedo tras la flexibilización de la cuarentena. En el medio, las fuerzas policiales se ven desbordadas. Sin información del CEMAED para establecer el mapa del delito, a su vez deben controlar el cumplimiento de un aislamiento que todavía no se terminó en la ciudad, ya que aún se encuentra en fase 4. 

El panorama luce desalentador. Los tres meses de pandemia y encierro, según precisaron desde la Justicia, han generado no sólo que el delito vaya en aumento y supere la media antes del aislamiento, sino también la virulencia y la irracionalidad. Un esquema en el que se ven perjudicados, a gran escala, los barrios periféricos.

Con este escenario, adquiere relevancia la función del CEMAED para establecer las prioridades en la prevención, anticipando los hechos a partir de las “zonas calientes” en donde suelen ocurrir. Una tarea titánica, en la cual el organismo se ve excedido por la falta de presupuesto y decisión política, mientras la policía se ve sin brújula por un aumento en la criminalidad que será difícil, por no decir imposible, de controlar.