La Tecla Mar del Plata
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La construcción se convirtió en el gran caballito de batalla de la segunda gestión de Guillermo Montenegro, continuando la línea trazada en su primer mandato. El sector no solo fue uno de los principales beneficiarios de las políticas municipales, sino también receptor de guiños concretos en el Concejo Deliberante. Ahora, con la llegada de los proyectos para extender los plazos del Régimen de Incentivos a la Construcción al recinto, la discusión vuelve a tensar la relación con la oposición.
El Régimen de Incentivos a la Construcción, establecido por las ordenanzas 25.114 y 25.113 sancionadas en 2021, fue concebido en pandemia para apuntalar a un sector golpeado y sostener el empleo. El esquema habilitaba a desarrollar proyectos privados presentados entre abril de 2019 y abril de 2020, ampliando capacidad edilicia y altura en los emprendimientos afectados por la crisis sanitaria.
El plan tuvo prórrogas y ahora, a días de vencer —el 21 de septiembre— el Ejecutivo ya giró dos expedientes para estirar su vigencia hasta 2027. El empresariado presiona, la política acompaña y el Concejo aún no se expidió.
En paralelo, el programa prorrogó incrementos promocionales transitorios para distritos de alta y media densidad (R1, R2, R2e, R3, R4, R4e, C1, C1a, C1e, C2, C3, E1, E2) dentro del Código de Ordenamiento Territorial (COT). En los hechos, la norma flexibilizó los indicadores urbanísticos y abrió la puerta a una oleada de pedidos excepcionales que tensionaron el sistema.
Uno de los puntos críticos fue que el Concejo nunca activó la Ordenanza 25.115, que contemplaba un mecanismo de compensaciones urbanísticas como contrapeso a los beneficios. Su aplicación fue prorrogada en la última sesión hasta 2026, profundizando el desequilibrio.
Con el correr de los años, el Régimen dejó como saldo un aluvión de expedientes que, en lugar de nutrir un plan de desarrollo urbano integral, se fueron ajustando más a la lógica de cada emprendimiento que a una estrategia de ciudad. Y en 2025, los proyectos ingresados volvieron a encender la alarma.
El interrogante que atraviesa el debate es si el Régimen se consolidará como un instrumento de desarrollo o si quedará marcado como una vía que habilitó excepciones y discrecionalidades en la planificación urbana.