La Tecla Mar del Plata
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Los laberintos de las internas
Por plata y por cargos, por poder y por figuración, los referentes políticos de los distintos espacios pelean más de lo que acuerdan y los partidos políticos naufragan en medio de las disputas puertas adentro.
La provincia de Buenos Aires arranca el último mes con grandes discusiones abiertas luego de un 2025 con dos elecciones que marcaron el termómetro político. Las necesidades de recursos un Gobierno bonaerense, asfixiado por el ajuste del presidente Javier Milei, expone la crisis interna que atraviesa cada partido.
Las disputas por recursos y distribución de cargos en la estructura estatal, en medio del pedido de endeudamiento de Axel Kicillof, están a la orden del día. Las mismas no sólo se dan en el oficialismo, sino que también emergen en la oposición.
A las ya conocidas peleas intestinas del peronismo, también se le suman las que atraviesan al PRO, la Unión Cívica Radical y La Libertad Avanza.
Ninguno escapa a la falta de una conducción clara más allá de que tengan dirigentes de peso. La carencia de una amplia legitimidad en sus líderes provoca tironeos de todo tipo. La fragmentación de cada espacio le imprime volatidad al dinamismo de un sistema político gastado y deslegitimado por la sociedad. Ya no sólo basta con llegar a acuerdos entre el oficialismo y la oposición.
Ahora, primero se producen grandes peleas internas que se trasladan a las discusiones generales. Así, alcanzar consensos se torna espeso y tedioso. Las desconfianzas entre referentes del mismo espacio aumentan al momento de hablar de reparto de recursos y cargos. El laberinto parece eterno.
Las aspiraciones de Kicillof, las ganas de Massa y el camino trazado por el tándem CFK-Máximo
El peronismo en la provincia de Buenos Aires no logra dejar atrás a sus demonios internos, por lo que la puja entre los diferentes sectores se tensiona a fondo. Las diferencias arrastran al Gobierno bonaerense a un escenario en el que -sumado al contexto de ajuste implementado por el presidente Javier Milei- la gestión comienza a mostrar falencias para garantizar un pleno funcionamiento. La Cámpora, el Frente Renovador y el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) son los tres sectores mayoritarios de Fuerza Patria que disputan la orientación general del espacio. Tanto el cristinismo como el massismo sostienen una alianza ante la consolidación del kicillofismo en territorio bonaerense. Tal situación muchas veces genera un desequilibrio en la pelea interna por lo que las discusiones se trasladan a todos los rincones. La proyección presidencial de Axel Kicillof es un elemento de peso a tener en cuenta y genera rispideces con la expresidenta Cristina Fernández, y la organización que lidera Máximo Kirchner. La autonomización del Gobernador es leída de manera crítica por el kirchnerismo y los ánimos se caldean en cada paso de distanciamiento que da el primer mandatario.
Las perspectivas de Kicillof encuentran también un escollo en la figura de Sergio Massa y el sueño de ocupar el sillón de Rivadavia. El tigrense mantiene intacta la esperanza de ser Jefe de Estado y trabaja todos los días en ese sentido. Por ese motivo, también significa otro punto de tensión en el peronismo bonaerense. Asimismo, hay quienes advierten que el Gobernador puede encontrar otros adversarios dentro del justicialismo en la carrera hacia el 2027. Los caciques del norte argentino pueden ser un nuevo factor de tensión en un momento en el que el Partido Justicialista (PJ) no da pie con bola ante los avances de La Libertad Avanza.
En cuanto a la herramienta partidaria del peronismo, a nivel nacional intenta sostener los lineamientos planteados por Cristina, quien se encuentra detenida y proscripta. La idea de forjar una tropa leal sin concesiones a Milei abroquela a un sector, pero aleja a los que se denominan dialoguistas y enfrentados con el kirchnerismo.
En PBA, el PJ bonaerense tiene pendiente su renovación de autoridades con la idea de continuidad de Máximo Kirchner. Sin embargo, en el kicillofismo no quieren saber nada con eso y aparecen figuras como Verónica Magario para ese lugar. También están aquellos que intentan mediar entre los dos sectores y proponen a Federico Otermín. En principio, febrero sería el mes elegido para normalizar el partido.
Las tensiones políticas se trasladan al pleno de la gestión y el gabinete de Kicillof es mirado con lupa. El enfrentamiento del Gobernador con La Cámpora genera bronca en el MDF y hay quiénes quieren ir a fondo y exigen tener representación en el Gobierno. El pedido de Endeudamiento será clave para definir el futuro del equipo de gestión ya que no contar con el financimiento podría implicar un cimbronazo a gran escala en Fuerza Patria. Asimismo, cada lugar a ocupar en la estructura administrativa pasa un minucioso análisis tanto a la hora de evaluar los recursos disponibles, como para trazar un mapeo para que un sector no quede en minoría por sobre otro.
El parejismo gana terreno y la disputa interna con las Fuerzas del Cielo alimenta la tormenta
“La novedad más importante en la provincia de Buenos Aires es que está naciendo el parejismo”, aseguró un referente libertario a La Tecla días atrás. La fuente adelantó que el todopoderoso armador de Karina Milei y flamante diputado nacional electo, Sebastián Pareja, comenzó una tarea fina para depurar la dirigencia y rodearse de una legión de leales entre la tropa violeta bonaerense.
La idea implica que no sólo el mileismo disputa territorio y espacios de poder con el caputismo, sino que, además, el ex funcionario nacional busca cerrar filas y evitar fugas y eventuales traiciones. Con Las Fuerzas del Cielo, que quedaron fuera de todas las listas en septiembre, la batalla comenzó en la Legislatura bonaerense. Allí, los cañones de Pareja apuntan a remover de la presidencia del bloque de Diputados al tuitero Agustín Romo, quien quedará casi en soledad en el grupo. Sólo estará acompañado por Nahuel Sotelo, que vuelve a la Cámara tras su paso por la secretaría de Culto y Civilización de la gestión de Javier Milei. En cambio, es un hecho que Carlos Curestis continuará al frente de la bancada en Senadores. Curestis es un ultra parejista acérrimo, y reforzará su control legislativo.
La semana pasada, Pareja encabezó sendos encuentros con los bloques en la Legislatura, aunque algunos de los participantes negaron que se tratase de una “bajada de línea”. En tal sentido, explicaron a este medio que “no fue para eso, sería difícil con tanta gente”.
Y aclararon que “el motivo de las dos juntadas fue que los legisladores que siguen hasta 2027 se conozcan con los que ingresarán con la renovación parlamentaria”. La batalla de mileistas y caputistas llegó a su punto más álgido cuando, tiempo atrás, se ensarzaron en una ríspida batalla dialéctica en las redes referentes parejistas como Ramón “Nene” Vera, dirigente de Moreno, y trolls mediáticos como el Gordo Dan (su nombre real es Daniel Parisini) o Traductor Te Ama, nombre ficticio de Esteban Glavinich, de las Fuerzas del Cielo.
En este contexto de enfrentamiento, disimulado ahora por la victoria de los violetas en octubre, no llamó al atención un hecho de violencia ocurrido en Rosario, cuando se realizó el cierre de campaña nacional de La Libertad Avanza. Los presentes confirman que Pareja trompeó a Glavinich. “En realidad el pibe huyó corriendo, pero Sebastián lo persiguió, le hizo una zancadilla y lo cagó a trompadas”, confió un dirigente bonaerense presente en este acto de pugilato libertario.
El reciente congreso de La Libertad Avanza, que tuvo lugar el pasado fin de semana en Mar del Plata, significa, además de un respaldo a la reelección de Javier Milei en 2017, una consolidación del karinismo, con el respaldo de referentes pesados como Alejandro Carrancio, Diego Valenzuela y los Menem (Martín y Lule). El armador bonaerense fue uno de los oradores centrales y organizador del evento que convocó, además, a figuras del PRO como el intendente local, Guillermo Montenegro. El alcalde medita, aseguran, si sumarse al bloque amarillo o dar el salto a las filas violetas del Senado, que serán conducidas por Curestis.
Las tribus amarillas, en una ardua discusión por la distancia o cercanía con los libertarios
La decisión, nada fácil para algunos, de sumarse a la causa libertaria abrió brechas en las filas del PRO, que vive un proceso de trasvase de dirigentes hacia La Libertad Avanza. La política mileista de aspirar dirigentes no se detiene y la situación en la provincia de Buenos Aires no es ajena, con repercusiones en la Legislatura bonaerense, donde conviven diversas tribus. Así, la conducción provincial del partido, en manos de Cristian Ritondo, se encuentra en un estado de casi parálisis, y los bloques de las Cámaras se hacen caja de resonancia de las disputas internas. La decisión del ex ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal, actual presidente del bloque amarillo en la Cámara de Diputados de la Nación, acompañada por Diego Santilli y otros referentes, siguió al primer salto que protagonizaron Patricia Bullrich y varios otros amarillos. La definición de alianzas terminó de fracturar el frente interno, cuando varios intendentes decidieron no participar del acuerdo con los libertarios y hacer “rancho aparte”, como los alcaldes jorgemacristas Pablo Petrecca (Junín) y María José Gentile (9 de Julio) y el ex aliado Manuel Passaglia (se presentó con Hechos), junto con el angelicista Javier Martínez, de Pergamino. Las rencillas, centradas en la distancia que debe mantener el partido respecto de LLA, anticipa algunas rispideces en la futura conformación de los bloques parlamentarios. En el caso de Petrecca, aspira a conducir la bancada del PRO en el Senado, y habría manifestado que su intención es que el espacio tenga un perfil de centro. Dicen: “Es respetable, pero que se lo explique a Guillermo Montenegro cuando lo tenga sentado al lado”, en referencia al intendente de Mar del Plata que ingresó con la lista libertaria. Incluso, el pasado fin de semana participó del Congreso libertario que se realizó en esa ciudad. En la Cámara alta convivirán también dirigentes que juegan libres, como el platense Marcelo Leguizamón, y es una incógnita si el angelicista Juan Manuel Rico Zini, alfil de Martínez, permanecerá en el grupo. Por lo pronto, María Emilia Subiza, alineada a los Passaglia, formará el blouqe de Hechos. Amén de otros, como Alex Campbell, que tiene vínculos tanto con Ritondo como con María Eugenia Vidal, alineada a Mauricio Macri. La negociación por las leyes del ejecutivo de Presupuesto, Endeudamiento e Impositiva evidenció esta interna entre sectores. Así, el “Colo” habría dado la orden a sus legisladores, encabezados por Agustín Forchieri, de no votarle absolutamente nada a Kicillof y no ingresar en ninguna rosca por los sillones vacantes. Ritondo, en tanto, es más permeable a la negociación. De hecho, observa con atención el desarrollo de las charlas y no descarta apoyar la toma de deuda provincial (votaron en contra las otras dos iniciativas) si se “recompensa” a algunos de sus alfiles, como el presidente del bloque Matías Ranzini, con algún cargo de interés. De cara al año próximo, la expectativa está puesta no sólo en las autoridades de los bloques en la Legislatura provincial, sino también en los movimientos que pueda hacer el expresidente Macri, quien busca resguardar lo poco amarillo que queda en el partido, teñido por ahora de un intenso violeta.
Con una interna latente, la UCR trata de curar heridas en la Legislatura y poner paños fríos
La UCR bonaerense atraviesa un proceso de desintegración a partir de las diferencias que implicaron las internas partidarias, que luego se profundizaron en tiempos de alianzas para las legislativas de este año. La disputa por la conducción del Comité Provincia generó una brecha entre los sectores que encabezaron Maximiliano Abad y Miguel Fernández (Unidad Radical), por un lado, y Martín LosteauFacundo Manes, por otro. Sin embargo, la conformación de frentes para el 7 de septiembre fracturó la relación entre el abadismo y el fernandismo, que decidieron ir por caminos diferentes luego de que el marplatense intentara cerrar un acuerdo con libertarios y el PRO.
Sin embargo, las nacionales de octubre alejaron a Fernández de Evolución (Manes decidió competir por fuera de la UCR en CABA), por lo que hoy conviven tres grandes sectores, además de otros espacios como los que responden al exvicegobernador Daniel Salvador o el del exintendente de San Isidro, Gustavo Posse. La máxima conducción provincial está hoy en manos de Fernández (Comité de Contingencia) y Pablo Domenichini (al frente de la Convención de Contingencia), ambos con mandatos prorrogados hasta el mes de marzo de 2026. Nada hace indicar que, por el momento, pueda haber acercamientos para unificar al partido, aunque sí hay gestiones para reunificar los dos bloques legislativos en Diputados: el abadista, que conduce el marplatense Diego Garciarena, y el de Evolución, liderado por el tandilense Matías Civale. Juntos sumarían 6 diputados, con presencia de todas las trincheras, y le daría al partido algo más de músculo tras la decepcionante elección de septiembre. Sin embargo, la rosca no es sencilla. “Si no llegamos a un acuerdo estaremos en lugares diferentes”, sostuvo un diputado no abadista. Los tres sectores pugnan por lugares entre las autoridades de bloque y Cámaras, además de sillones en el Bapro (a los 8 directores se sumarían otros cargos para conformar a la oposición). “Si se abren esos espacios, será más fácil la negociación en la Legislatura”, especuló un legislador boina blanca. En el Senado la cuestión es más sencilla: sólo tendrá dos bancas, en manos de la abadista Nerina Neumann y la ex integrante del Consejo de Educación, Natalia Quintana, que responde al trenquelauquense Fernández.
Las disputas por recursos y distribución de cargos en la estructura estatal, en medio del pedido de endeudamiento de Axel Kicillof, están a la orden del día. Las mismas no sólo se dan en el oficialismo, sino que también emergen en la oposición.
A las ya conocidas peleas intestinas del peronismo, también se le suman las que atraviesan al PRO, la Unión Cívica Radical y La Libertad Avanza.
Ninguno escapa a la falta de una conducción clara más allá de que tengan dirigentes de peso. La carencia de una amplia legitimidad en sus líderes provoca tironeos de todo tipo. La fragmentación de cada espacio le imprime volatidad al dinamismo de un sistema político gastado y deslegitimado por la sociedad. Ya no sólo basta con llegar a acuerdos entre el oficialismo y la oposición.
Ahora, primero se producen grandes peleas internas que se trasladan a las discusiones generales. Así, alcanzar consensos se torna espeso y tedioso. Las desconfianzas entre referentes del mismo espacio aumentan al momento de hablar de reparto de recursos y cargos. El laberinto parece eterno.
Las aspiraciones de Kicillof, las ganas de Massa y el camino trazado por el tándem CFK-Máximo
El peronismo en la provincia de Buenos Aires no logra dejar atrás a sus demonios internos, por lo que la puja entre los diferentes sectores se tensiona a fondo. Las diferencias arrastran al Gobierno bonaerense a un escenario en el que -sumado al contexto de ajuste implementado por el presidente Javier Milei- la gestión comienza a mostrar falencias para garantizar un pleno funcionamiento. La Cámpora, el Frente Renovador y el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) son los tres sectores mayoritarios de Fuerza Patria que disputan la orientación general del espacio. Tanto el cristinismo como el massismo sostienen una alianza ante la consolidación del kicillofismo en territorio bonaerense. Tal situación muchas veces genera un desequilibrio en la pelea interna por lo que las discusiones se trasladan a todos los rincones. La proyección presidencial de Axel Kicillof es un elemento de peso a tener en cuenta y genera rispideces con la expresidenta Cristina Fernández, y la organización que lidera Máximo Kirchner. La autonomización del Gobernador es leída de manera crítica por el kirchnerismo y los ánimos se caldean en cada paso de distanciamiento que da el primer mandatario.
Las perspectivas de Kicillof encuentran también un escollo en la figura de Sergio Massa y el sueño de ocupar el sillón de Rivadavia. El tigrense mantiene intacta la esperanza de ser Jefe de Estado y trabaja todos los días en ese sentido. Por ese motivo, también significa otro punto de tensión en el peronismo bonaerense. Asimismo, hay quienes advierten que el Gobernador puede encontrar otros adversarios dentro del justicialismo en la carrera hacia el 2027. Los caciques del norte argentino pueden ser un nuevo factor de tensión en un momento en el que el Partido Justicialista (PJ) no da pie con bola ante los avances de La Libertad Avanza.
En cuanto a la herramienta partidaria del peronismo, a nivel nacional intenta sostener los lineamientos planteados por Cristina, quien se encuentra detenida y proscripta. La idea de forjar una tropa leal sin concesiones a Milei abroquela a un sector, pero aleja a los que se denominan dialoguistas y enfrentados con el kirchnerismo.
En PBA, el PJ bonaerense tiene pendiente su renovación de autoridades con la idea de continuidad de Máximo Kirchner. Sin embargo, en el kicillofismo no quieren saber nada con eso y aparecen figuras como Verónica Magario para ese lugar. También están aquellos que intentan mediar entre los dos sectores y proponen a Federico Otermín. En principio, febrero sería el mes elegido para normalizar el partido.
Las tensiones políticas se trasladan al pleno de la gestión y el gabinete de Kicillof es mirado con lupa. El enfrentamiento del Gobernador con La Cámpora genera bronca en el MDF y hay quiénes quieren ir a fondo y exigen tener representación en el Gobierno. El pedido de Endeudamiento será clave para definir el futuro del equipo de gestión ya que no contar con el financimiento podría implicar un cimbronazo a gran escala en Fuerza Patria. Asimismo, cada lugar a ocupar en la estructura administrativa pasa un minucioso análisis tanto a la hora de evaluar los recursos disponibles, como para trazar un mapeo para que un sector no quede en minoría por sobre otro.
“La novedad más importante en la provincia de Buenos Aires es que está naciendo el parejismo”, aseguró un referente libertario a La Tecla días atrás. La fuente adelantó que el todopoderoso armador de Karina Milei y flamante diputado nacional electo, Sebastián Pareja, comenzó una tarea fina para depurar la dirigencia y rodearse de una legión de leales entre la tropa violeta bonaerense.
La idea implica que no sólo el mileismo disputa territorio y espacios de poder con el caputismo, sino que, además, el ex funcionario nacional busca cerrar filas y evitar fugas y eventuales traiciones. Con Las Fuerzas del Cielo, que quedaron fuera de todas las listas en septiembre, la batalla comenzó en la Legislatura bonaerense. Allí, los cañones de Pareja apuntan a remover de la presidencia del bloque de Diputados al tuitero Agustín Romo, quien quedará casi en soledad en el grupo. Sólo estará acompañado por Nahuel Sotelo, que vuelve a la Cámara tras su paso por la secretaría de Culto y Civilización de la gestión de Javier Milei. En cambio, es un hecho que Carlos Curestis continuará al frente de la bancada en Senadores. Curestis es un ultra parejista acérrimo, y reforzará su control legislativo.
La semana pasada, Pareja encabezó sendos encuentros con los bloques en la Legislatura, aunque algunos de los participantes negaron que se tratase de una “bajada de línea”. En tal sentido, explicaron a este medio que “no fue para eso, sería difícil con tanta gente”.
Y aclararon que “el motivo de las dos juntadas fue que los legisladores que siguen hasta 2027 se conozcan con los que ingresarán con la renovación parlamentaria”. La batalla de mileistas y caputistas llegó a su punto más álgido cuando, tiempo atrás, se ensarzaron en una ríspida batalla dialéctica en las redes referentes parejistas como Ramón “Nene” Vera, dirigente de Moreno, y trolls mediáticos como el Gordo Dan (su nombre real es Daniel Parisini) o Traductor Te Ama, nombre ficticio de Esteban Glavinich, de las Fuerzas del Cielo.
En este contexto de enfrentamiento, disimulado ahora por la victoria de los violetas en octubre, no llamó al atención un hecho de violencia ocurrido en Rosario, cuando se realizó el cierre de campaña nacional de La Libertad Avanza. Los presentes confirman que Pareja trompeó a Glavinich. “En realidad el pibe huyó corriendo, pero Sebastián lo persiguió, le hizo una zancadilla y lo cagó a trompadas”, confió un dirigente bonaerense presente en este acto de pugilato libertario.
El reciente congreso de La Libertad Avanza, que tuvo lugar el pasado fin de semana en Mar del Plata, significa, además de un respaldo a la reelección de Javier Milei en 2017, una consolidación del karinismo, con el respaldo de referentes pesados como Alejandro Carrancio, Diego Valenzuela y los Menem (Martín y Lule). El armador bonaerense fue uno de los oradores centrales y organizador del evento que convocó, además, a figuras del PRO como el intendente local, Guillermo Montenegro. El alcalde medita, aseguran, si sumarse al bloque amarillo o dar el salto a las filas violetas del Senado, que serán conducidas por Curestis.
Las tribus amarillas, en una ardua discusión por la distancia o cercanía con los libertarios
La decisión, nada fácil para algunos, de sumarse a la causa libertaria abrió brechas en las filas del PRO, que vive un proceso de trasvase de dirigentes hacia La Libertad Avanza. La política mileista de aspirar dirigentes no se detiene y la situación en la provincia de Buenos Aires no es ajena, con repercusiones en la Legislatura bonaerense, donde conviven diversas tribus. Así, la conducción provincial del partido, en manos de Cristian Ritondo, se encuentra en un estado de casi parálisis, y los bloques de las Cámaras se hacen caja de resonancia de las disputas internas. La decisión del ex ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal, actual presidente del bloque amarillo en la Cámara de Diputados de la Nación, acompañada por Diego Santilli y otros referentes, siguió al primer salto que protagonizaron Patricia Bullrich y varios otros amarillos. La definición de alianzas terminó de fracturar el frente interno, cuando varios intendentes decidieron no participar del acuerdo con los libertarios y hacer “rancho aparte”, como los alcaldes jorgemacristas Pablo Petrecca (Junín) y María José Gentile (9 de Julio) y el ex aliado Manuel Passaglia (se presentó con Hechos), junto con el angelicista Javier Martínez, de Pergamino. Las rencillas, centradas en la distancia que debe mantener el partido respecto de LLA, anticipa algunas rispideces en la futura conformación de los bloques parlamentarios. En el caso de Petrecca, aspira a conducir la bancada del PRO en el Senado, y habría manifestado que su intención es que el espacio tenga un perfil de centro. Dicen: “Es respetable, pero que se lo explique a Guillermo Montenegro cuando lo tenga sentado al lado”, en referencia al intendente de Mar del Plata que ingresó con la lista libertaria. Incluso, el pasado fin de semana participó del Congreso libertario que se realizó en esa ciudad. En la Cámara alta convivirán también dirigentes que juegan libres, como el platense Marcelo Leguizamón, y es una incógnita si el angelicista Juan Manuel Rico Zini, alfil de Martínez, permanecerá en el grupo. Por lo pronto, María Emilia Subiza, alineada a los Passaglia, formará el blouqe de Hechos. Amén de otros, como Alex Campbell, que tiene vínculos tanto con Ritondo como con María Eugenia Vidal, alineada a Mauricio Macri. La negociación por las leyes del ejecutivo de Presupuesto, Endeudamiento e Impositiva evidenció esta interna entre sectores. Así, el “Colo” habría dado la orden a sus legisladores, encabezados por Agustín Forchieri, de no votarle absolutamente nada a Kicillof y no ingresar en ninguna rosca por los sillones vacantes. Ritondo, en tanto, es más permeable a la negociación. De hecho, observa con atención el desarrollo de las charlas y no descarta apoyar la toma de deuda provincial (votaron en contra las otras dos iniciativas) si se “recompensa” a algunos de sus alfiles, como el presidente del bloque Matías Ranzini, con algún cargo de interés. De cara al año próximo, la expectativa está puesta no sólo en las autoridades de los bloques en la Legislatura provincial, sino también en los movimientos que pueda hacer el expresidente Macri, quien busca resguardar lo poco amarillo que queda en el partido, teñido por ahora de un intenso violeta.
Con una interna latente, la UCR trata de curar heridas en la Legislatura y poner paños fríos
La UCR bonaerense atraviesa un proceso de desintegración a partir de las diferencias que implicaron las internas partidarias, que luego se profundizaron en tiempos de alianzas para las legislativas de este año. La disputa por la conducción del Comité Provincia generó una brecha entre los sectores que encabezaron Maximiliano Abad y Miguel Fernández (Unidad Radical), por un lado, y Martín LosteauFacundo Manes, por otro. Sin embargo, la conformación de frentes para el 7 de septiembre fracturó la relación entre el abadismo y el fernandismo, que decidieron ir por caminos diferentes luego de que el marplatense intentara cerrar un acuerdo con libertarios y el PRO.
Sin embargo, las nacionales de octubre alejaron a Fernández de Evolución (Manes decidió competir por fuera de la UCR en CABA), por lo que hoy conviven tres grandes sectores, además de otros espacios como los que responden al exvicegobernador Daniel Salvador o el del exintendente de San Isidro, Gustavo Posse. La máxima conducción provincial está hoy en manos de Fernández (Comité de Contingencia) y Pablo Domenichini (al frente de la Convención de Contingencia), ambos con mandatos prorrogados hasta el mes de marzo de 2026. Nada hace indicar que, por el momento, pueda haber acercamientos para unificar al partido, aunque sí hay gestiones para reunificar los dos bloques legislativos en Diputados: el abadista, que conduce el marplatense Diego Garciarena, y el de Evolución, liderado por el tandilense Matías Civale. Juntos sumarían 6 diputados, con presencia de todas las trincheras, y le daría al partido algo más de músculo tras la decepcionante elección de septiembre. Sin embargo, la rosca no es sencilla. “Si no llegamos a un acuerdo estaremos en lugares diferentes”, sostuvo un diputado no abadista. Los tres sectores pugnan por lugares entre las autoridades de bloque y Cámaras, además de sillones en el Bapro (a los 8 directores se sumarían otros cargos para conformar a la oposición). “Si se abren esos espacios, será más fácil la negociación en la Legislatura”, especuló un legislador boina blanca. En el Senado la cuestión es más sencilla: sólo tendrá dos bancas, en manos de la abadista Nerina Neumann y la ex integrante del Consejo de Educación, Natalia Quintana, que responde al trenquelauquense Fernández.