Una sesión atravesada por discusiones internas, de espaldas a la ciudadanía

La sesión en el Concejo que se extendió hasta altas horas de la noche dejó varia tela para cortar en un contexto sumamente adverso para General Pueyrredon.

No solamente por la necesidad de medidas en el ámbito sanitario: por caso, ayer la ciudad tuvo el récord de casos positivos en un día, con 477 nuevos infectados. Ante esta situación, se prorrogó la Emergencia Sanitaria por 90 días. 

Pero el otro gran eje del plenario era la cuestión económica, agravada por el 26% de desocupación que tiene la ciudad, el peor índice de su historia: un total de 65.000 marplatenses no tienen trabajo. En un año se destruyeron nada menos que 87.000 puestos de trabajo.

Con estos indicadores iniciaba una nueva sesión que volvió a exponer a la política local, nuevamente disociada de los problemas de la ciudadanía. La primera bajeza llegó cuando se discutía el proyecto de los corredores gastronómicos. Marcos Gutiérrez (Frente de Todos) criticó la ausencia de Mercedes Morro, edil claramente identificada con el sector, y una de las que más clamó para que empresarios y trabajadores puedan volver a trabajar. El presidente de la bancada kirchnerista presuntamente desconocía que la concejala permanecía en aislamiento tras un contacto estrecho con un caso de Covid-19. 

Luego, fue el turno de un nuevo pleito entre Cristina Coria (UCR) y Nicolás Lauría (Vamos Juntos) por el aparente “plagio” de la primera a un proyecto del basquetbolista, que finalmente fue aprobado y habilita a los locales gastronómicos a utilizar decks en la vía pública. 

Pero la nota saliente del día fue el encontronazo entre el pultista Horacio Taccone y Gutiérrez por el proyecto de Acción Marplatense que habilitaba a todos los emprendimientos gastronómicos del Partido de General Pueyrredon a que puedan ocupar los espacios de vereda en el frente y adyacentes a sus establecimientos y así prestar los servicios propios de su actividad.

El debate sobre qué hacer con el exabrupto de Taccone acaparó más de dos horas y expuso a todo el cuerpo. No sólo por la falta de consensos para darle una herramienta a uno de los sectores más castigados por la pandemia para que pueda volver al trabajo, sino por priorizar una discusión sobre el contenido de unos dichos antes que gestionar frente una coyuntura sumamente adversa para el grueso de la sociedad.

Mientras Taccone no se quiso retractar, lo cual posiblemente hubiera alivianado el tono de las discusiones, el kirchnerismo redobló la apuesta y quiso emparentar la actitud del pultista con la del diputado Juan Ameri el jueves pasado, tal como deslizó Marina Santoro. “Estamos trabajando desde las 7 de la mañana y ella desde la comodidad de su casa digita”, disparó hoy una voz de Juntos por el Cambio a este medio. Pero ayer, en medio de un berenjenal, el oficialismo tampoco supo cómo actuar, exponiendo cierta tibieza. 

Y en este escenario también emerge la figura del presidente del cuerpo, Ariel Bordaisco, por momentos desbordado por la situación. No supo encarrilar un debate que se iba por la borda y que terminó invisibilizando la cuestión de fondo: la posibilidad de generar una norma que favorezca la vuelta al trabajo de los gastronómicos, un sector que afecta económicamente a unas 30.000 personas en la ciudad, aproximadamente.

Por momentos, daba la sensación de que el plenario era manejado más por los ediles que por el presidente del Legislativo. De hecho, la moción para que se concrete el último cuarto intermedio ni siquiera provino de él, sino de la jefa de la bancada radical, Vilma Baragiola.

 Ahora bien, ¿habrá faltado a la verdad el kirchnerismo luego de lo pactado en Labor Deliberativa? Según pudo confirmar La Tecla Mar del Plata, en la reunión de presidentes de bloque previa a la sesión Gutiérrez dio su palabra para tratar la iniciativa sobre tablas de AM, mientras que el oficialismo tenía la intención de dar su voto positivo. La cuestión era que el kirchnerismo debía acompañar para que el proyecto no naufragara, ya que al ser sobre tablas necesitaba de los dos tercios de los votos del cuerpo.

Algunas versiones indican también que podría haber habido un llamado a la bancada kirchnerista desde La Plata, en un contexto en el que las autoridades bonaerenses plantearon ayer la necesidad de aplicar incluso más restricciones de actividades en la ciudad ante la cantidad elevada de casos. Con dos proyectos aprobados para la gastronomía, el propuesto por Taccone era, quizás, el más ambicioso: disponía la apertura inmediata de los locales por un plazo de 90 días. Voces legislativas apuntan que, tras la aprobación del proyecto de los corredores con modificaciones, la iniciativa del pultismo sería “volteada”, algo que eventualmente sucedió, a pesar del cuarto intermedio dictado hasta la próxima semana.

Por otro lado, de cara al futuro, habrá que evaluar si la sesión de ayer, tras el “agravio” al Frente de Todos y las indefiniciones del oficialismo, no generará rispideces en la relación entre el Ejecutivo Municipal y Provincia, teniendo en cuenta la necesidad de asistencia financiera que tiene la comuna. Toda una carta a favor de Gobernación para marcar la cancha y exigir, por qué no, más restricciones.

Mientras tanto, crece el malestar en el seno de los comerciantes. No sólo con los legisladores, sino con el Ejecutivo también, con Fernando Muro, el secretario de Desarrollo Productivo, a la cabeza. El funcionario está en la mira por su falta de gestión, más allá de su desfile por distintos medios lamentando el alto índice de desocupación. En definitiva, los gastronómicos siguieron con atención el encuentro de ayer y lamentaron, una vez más, cómo la política se miró el ombligo, sin gestionar en base a los problemas centrales que acucian a la sociedad.