El
puerto marplatense presenta una serie de
situaciones poco claras que abren interrogantes sobre su funcionamiento y manejo. Según recabó este medio de la propia página del Consorcio Portuario Regional (ente encargado de la administración del mismo), el
tarifario para el estacionamiento de buques era, cuánto menos, insólito, llegando por momentos, a valores inferiores que los de una cochera de autos.
Sin embargo, en contraposición, el servicio por ingresar/sacar y mover un buque en el puerto, tendría
valores exorbitantes. Según pudo reconstruir La Tecla, el costo total aproximado de las maniobras alcanzaría el
millón y medio de pesos, incluyendo maniobras de amarre y desamarre, remolque y la contratación de un práctico de muelle.
La contratación de un
práctico de muelle, encargado de los movimientos del buque costaba a fines del 2022 entre 120.000 y 150.000. Dicha situación es reglamentada desde Prefectura que no permite que sean los propios capitanes -cuando el calado del barco es mayor a 4.8 metros- quienes comanden la nave. A su vez, cada maniobra de amarre cuesta 25.000 pesos, por lo que el costo total ascendería a los 100.000 por buque

A su vez, dicha situación estaría asociada a los
buques inactivos y la operatividad del puerto ¿De que forma? La acumulación de barcos y la falta de espacio supone que para ponerse en posición de descarga -primer andana- o movilizar la nave hacia otro lugar, hay que correr el resto de la fila, que en ocasiones llegan a ser 8 o 9. Los costos antes mencionados
deben multiplicarse por dicha cantidad, lo que explica la cifra millonaria.
En muchas ocasiones, la acumulación de naves se debe a los buques sin funcionamiento que
ni el Consorcio Portuario ni los armadores desguazan o lo hacen de manera más lenta de lo que el puerto requiere.
Según revelan fuentes del sector a La Tecla, dichos montos son capitalizados únicamente por las empresas prestatarias, no representados ni puestos de trabajo, ni ingresos para las arcas del Estado o
mejoras generales en el puerto. Como informó este medio en reiteradas oportunidades, el
desmanejo o la falta de control habilitan situaciones que
afectan a un sector productivo clave de la ciudad. Sin embargo, además del Consorcio, también juega su rol el Consejo Federal Pesquero, órgano máximo en la materia.
Durante 2022, dicho ente sacó una resolución que prohibía la compra de nuevos buques y sus permisos a las empresas que tuvieron naves inactivas, algo que, al momento,
los armadores parecen no cumplir.