En este marco, se prevé que la cosecha de soja sea de 25 millones de toneladas, la cifra más baja desde la campaña 2000/2001. Tal situación es a causa de la sequía que golpea desde junio del año pasado. También jugaron una mala pasada las heladas tempranas durante febrero y la última ola de calor fue otro elemento de peso. De esta manera, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que habrá una caída del 42% con respecto al ciclo anterior. Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario también había bajado considerablemente sus estimaciones en soja a 27 millones de toneladas. De hecho, calculó que sólo en los cultivos de soja, trigo y maíz, que constituyen el 87% de la producción de granos en Argentina y el 43% de las exportaciones totales del país, las pérdidas superan los US$ 14.140 millones. Según lo informado por la entidad, esto equivale al costo total de sembrar la próxima cosecha 2023/24 para el productor agropecuario. Pero la menor producción, afecta también a otras actividades asociadas. Si se le suma la menor demanda de fletes, mano de obra y servicios financieros, las pérdidas totales para la actividad económica nacional llegan a US$ 19.000 millones. Además, para el maíz, la Bolsa de Cereales porteña bajó las proyecciones del cultivo a 36 millones de toneladas, descendiendo un 30% (16 millones de toneladas menos) que las recolectadas la campaña anterior. Esa merma representa la campaña más baja desde el ciclo 2014/15, cuando tributaba retenciones del 23% y estaba intervenido el mercado con los famosos ROEs. La disminución en la producción de este cereal de debió, principalmente, a la pérdida de rinde del maíz tardío (sembrado en diciembre) por las altas temperaturas, sumado a que la cosecha de las plantaciones de maíz tempranos (sembrado en septiembre) registran rendimientos medios por debajo de la serie histórica de los últimos 21 años. |