En Juntos por el Cambio, el clamor desde las bases para que la pelea por la carrera presidencial se apacigüe y, así, evitar problemas en los distritos, choca contra la tozudez de Horacio Rodríguez Larreta y de Patrica Bullrich de competir por ver quién se queda con la cucarda del candidato, que se replica en el territorio bonaerense con Diego Santilli y Néstor Grindetti. Eso, solamente por parte del Pro, porque la Unión Cívica radical tiene en la cancha nacional a Gerardo Morales y a Facundo Manes; y la Coalición Cívica dice “si todos tienen candidatos, nosotros tenemos a Lilita”. Desde el bullrichismo advierten: “Cada vez hay más chances de ir con un esquema de I (listas separadas desde Presidente a intendentes) que con la Y (dos a Presidente y todo lo demás consensuado) o la V (internas en todas las categorías pero no en la local). Queda mucho por resolver hasta el cierre de listas el 24 de junio”. La exministra de Seguridad ya advirtió que “desde Tierra del Fuego hasta La Quiaca hemos decidido que este sea un proyecto totalmente alineado a un cambio absolutamente coherente, que tenga fuerza y carácter, y no se quede a mitad de camino. A nivel nacional, provincial y municipal. Eso no tiene vuelta atrás”. Presiona a los intendentes y a los posibles aliados a que se definan de una vez con quién quieren jugar. Si no es con ella les pondrá competidores, salvo contadas excepciones. Rodríguez Larreta se muestra más permeable, pero también dejó en claro que no quiere compartir su precandidato a Gobernador. Ha invertido mucho en la campaña de Diego Santilli como para no quedarse en exclusiva con quien hoy mide más en las encuestas. “La cosa se está ordenando, y que haya una primaria no significa que haya desorden. Nos reunimos todos los lunes, acordamos nuevas autoridades del partido, hay dos precandidatos a Gobernador que no se van a agredir”, fue la versión optimista de un intendente que coquetea con Larreta. “Estamos en guerra, y en esa guerra, la idea de la V falleció”, retrucó un legislador que trabaja para Bullrich. Y agregó: “La V es ‘yo descanso y vos laburás’, y acá tenemos que laburar todos. Si los seccionales tienen unidad se toman vacaciones porque la campaña la hacen los que tienen algo que perder; en cambio, si hay internas se debe dejar todo en la cancha”. Y en eso sí coincidió el intendente. “Hemos hablado que con la Y es más fácil tener listas seccionales integradas, pero con dos candidatos a Gobernador es más difícil”, afirmó. Más allá de internas o no, la distribución de los lugares para el Congreso y la Legislatura supone una ingeniería de precisión que aún en el más perfecto de los armados dejará heridos. Esta ensalada excede al Pro, porque es donde entran a jugar fuerte los socios. La UCR orgánica y la Coalición Cívica esperan que el partido amarillo termine de ordenarse para sentarse a negociar lo que les toca en el armado (ver recuadros). Es probable que el radicalismo acceda a alguna vice, pero hay mucho más para consensuar. En los cierres anteriores, primero se distribuyeron los lugares por espacio político y después cada partido repartió entre las líneas internas. La lógica sería igual, pero con la particularidad de que si hay primarias, después, en los cruces para armar la boleta de las generales, algunos pueden perder más que otros. Para graficar el rompecabezas, nada mejor que recurrir a lo que a cada uno se le vence este año. Empecemos por el sector de María Eugenia Vidal, que, volcado a las frustradas candidaturas de ella y de Cristian Ritondo como aspirante a la Gobernación, ahora quedó a la expectativa de una negociación que en los próximos días encararán Federico Salvai y el propio Ritondo, quien hizo un plenario en-tre su gente la semana pasada y recogió preferencias para cerrar con Bullrich. Vidal, no obstante, prefiere estirar su definición, atada a su consigna de que “la sociedad no quiere ver que nos peleamos”. El vidalismo, cuya voz cantante en Diputados es Alex Campbell (Pri-mera) y en el Senado es Walter Lanaro (Tercera), renueva las bancas de ellos, y las de Anastasia Peralta Ramos, Eugenia Brizzi (ambas de la Cuarta), Johanna Panebianco (Quinta) y Juan Carreara (Séptima) en la Cámara Baja, y la de Owen Fernández (Segunda) en la Alta. “Para armar las seccionales se tiene que sentar el precandidato a Gobernador con los intendentes y los partidos socios en la coalición. A veces se desbalanceó un poco hacia la Gobernación porque Vidal era la Gobernadora, pero eso cambió”, advirtió un intendente. Les será difícil retener todos esos lugares. Lo mismo le puede suceder a Jorge Macri, quien se mudó a Capital y dejó la presidencia del Pro provincial. Gente suya trabaja para Bullrich y otros están con Larreta, situación atada a la indefinición por la sucesión del jefe de Gobierno porteño. De la Cámara Baja, con vencimiento de mandato este año, a Jorge responden Verónica Barbieri (Primera), Laura Ricchini y Mauricio Vivani (ambos de la Cuarta). Ricchini, en rigor, es del espacio del intendente de Junín, Pablo Petrecca, alineado al exintendente de Vicente López Los alcaldes, en el sitio que decidan jugar querrán su lugar en las nóminas seccionales, aunque un dirigente al tanto de los armados nacional y provincial adelantó que “si quieren ser candidatos únicos en los distritos y llevar las dos boletas nacionales van a tener que ceder los espacios legislativos”. Además de Petrecca hay otros tres que arriesgan bancas, todas en el Senado: Julio Garro (Florencia Barcia), Grindetti (Lorena Petrovich) y Héctor Gay (Nidia Moirano, quien irá por la intendencia de Bahía Blanca en su reemplazo). El desembarco de esa dupla bahiense le supone a Bullrich un compromiso de que ellos tendrán influencia en la grilla seccional. ¿Dónde irá el esquema de Daniel Angelici? Se presume que con Bullrich. Por lo pronto allí se cobija Daniel Lipovetzky, diputado por la Séptima. La otra banca del angelicismo en juego es la de Fernando Rovello (Cuarta). La exministra también deberá “pagar” a Joaquín de la Torre, que en 2019 colocó en Diputados a Catalina Buitrago (Primera) y en la Cámara Alta a Claudia Rucci (Tercera). Juan Pablo Allan (Octava) es el candidato de Patricia para disputarle la intendencia de La Plata a Garro, y si esa competencia se da, ambos irían con sus tiras de senadores. Bullrich, además, deberá compensar a sectores que están con ella desde el primer momento y no obtuvieron bancas en 2019. Por caso, el grupo liderado por Emilio Monzó. Ya anotan un candidato para la lista de la Cuarta: Sergio Buil, ex jefe comunal del distrito de Rivadavia. La Generación está en su mayoría alineada con Larreta, y pone en juego en Diputados los escaños de Noelia Ruiz (Primera) y Sergio Siciliano (Quinta). El larretismo tendría, entonces, muchos espacios liberados para negociar con quienes se alineen. Rodríguez Larreta parece tener más para ofrecer. Falta menos de un mes para el cierre de listas, pero queda mucho por conversar, discutir y negociar. Algunos quieren la paz, muchos ven la guerra. Por ahora, Juntos aparece muy separado. UNION CIVICA RADICAL El socio mayoritario espera otras definiciones para sentarse a negociar Por ahora, la Unión Cívica Radical sostiene en la cancha candidatos para la Presidencia y la Gobernación, aunque desde el propio partido reconocen que “lo más probable es que haya confluencia con algún sector del Pro” y eso lleve a listas cruzadas. Mientras Evolución y el possismo se alinean a Gerardo Morales y, por añadidura, están más cerca de Horacio Rodríguez Larreta, el radicalismo orgánico de la Provincia, que conduce Maximiliano Abad, se mantiene neutral, aunque en conversaciones permanentes con todos los espacios internos de la coalición. La semana pasada Abad se reunió con Diego Santilli y, después, con Néstor Grindetti. Podría ser el vice de alguno de los dos si el radicalismo, finalmente, toma partido en la interna PRO. “Si hay un solo candidato vamos a apoyar y vamos a acompañar, pero entiendo que hay una presión muy fuerte para que la UCR de la Provincia se defina. Vemos una estrategia de Patricia de presionar para que se definan los intendentes y los espacios que integran la alianza y, después, con eso también presionar a Larreta”, analizó un legislador, que espera que esa decisión se tome más temprano que tarde. También muestran apuro algunos intendentes que no quieren que el Pro plante candidatos en sus dominios. Otro grupo, entre los que se encuentra Abad, prefiere esperar, porque cree que el escenario bonaerense tendrá un panorama más claro una vez que el Pro acuerde cómo va a terminar jugando en la Ciudad de Buenos Aires. En ese contexto, nadie en el radicalismo duda de que son necesarios, quizá para inclinar la balanza. Por eso, en la negociación de las listas pondrán como piso más de lo que ya tienen. Este año, la UCR renueva 7 bancas, una en el Senado y 6 en Diputados. El senador es David Hirtz (Sexta), quien pertenece al grupo de Daniel Salvador. El expresidente del partido, de buen diálogo con Rodríguez Larreta y con Gerardo Morales, trabaja codo a codo con el actual conductor. En Diputados, uno de los escaños a renovar es el del propio Abad, además de los de Melisa Greco (ambos de la Quinta), Valentín Miranda, Vanesa Zuccari (Cuarta) y Alejandra Lordén (Séptima). El sexto es Walter Carusso (Primera), quien está alineado a Gustavo Posse. Del bloque de Carusso en la Cámara Baja también renueva Martín Domínguez Yelpo, de la UTA, con buen diálogo con el monzoísmo. Si todo confluyera en una sola lista, además de negociar los lugares con el Pro, la CC y demás, la UCR deberá resolver de qué manera re-parte en su misma interna. INGENIERIA PARA CRUZAS LISTAS Si hay internas, el reglamento de la alianza tiene la base diseñada En ocasión de la elección legislativa de 2021, con motivo de la interna entre el Pro y la UCR en la provincia de Buenos Aires, Juntos diseñó una ingeniería para repartir los lugares en las listas que competirían en la elección general. El reglamento fue elogiado por propios y extraños, debido a la equidad que se lograba a partir del porcentaje de votos que sacaba la minoría en las PASO. Ese mismo esquema de reparto, quizá con mínimas modificaciones, es el que se utilizará este año si hay más de una lista para el Congreso nacional, la Legislatura bonaerense y los concejos deliberantes. Resta resolver, no obstante, cómo quedaría la grilla de senadores nacionales en caso de que haya dos o más listas, teniendo en cuenta que ingresan dos por la mayoría y uno por la minoría; es decir que ningún espacio puede obtener más de dos bancas. Con este impedimento, lo más probable es que se decida que la lista ganadora se quede con los dos senadores titulares si saca una buena ventaja o que queden uno y uno en caso de que la diferencia sea escasa, pero falta resolverse. En tanto, si se aplicara el mismo reglamento que en 2021 para Diputados nacionales accederá al cruce de listas el espacio que supere el 20% de los votos válidos emitidos en favor de la alianza. Si el porcentaje estuviera entre 20 y 30 puntos, a la minoría le corresponderán (si la nómina es encabezada por precandidatos del mismo género) los lugares 4, 9, 14, 19, 24, 29 y 34 de los candidatos titulares. En caso de que las listas estén encabezadas por personas de distinto género, la minoría sube un casillero (serían 3, 8, 13, etcétera). Si el espacio interno perdedor está entre 30% y 40% le corresponden los titulares 4, 7, 10, 13, 16, 19, 22, 25, 28, 31, 34; y su-ben un lugar si las nóminas son encabezadas por personas de distinto sexo. Mientras que si supera el 40% obtendrá para la lista que competirá en las generales el 2, 5, 6, 9, 10, 13, 14, 17, 18, 21, 22, 25, 26, 29, 30, 33 y 34 de los titulares. En este caso, si los primeros de las nóminas son de diferente género, el reparto es de dos en dos: los dos primeros para la lista ganadora, 3 y 4 para la perdedora, y así sucesivamente. Todo esto condicionado a si solo eran dos listas las que superaban el piso. En caso de ser tres o más se determinó aplicar el sistema de representación proporcional D’Hont. LEGISLADORES PROVINCIALES Se fijaron distintos pisos para acceder al reparto, inversamente proporcionales a la cantidad de bancas de cada sección. Seguramente esto tendrá una inversión en algunos casos, debido a que cambia respecto a 2021 para qué cámara vota cada región electoral. Así, el piso para la Octava, Quinta y Séptima fue del 25%; para la Cuarta, del 21,43%, y para la Primera, Segunda, Tercera y Sexta, del 20%. Con empleo del sistema D’Hont si eran más de dos listas las que superaban el piso. |