El PRO bonaerense, entre reclamos territoriales y las esquirlas de la "guerra" nacional

El almanaque avanza y, contrariamente a lo que muchos podrían imaginar, las dudas y certezas en el caliente mundo PRO son cada vez mayores. Los sectores en pugna a nivel nacional no terminan de definir sus estrategias, como tampoco sus nombres propios. Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, junto a sus respectivos ejércitos, se envían misiles que pegan en la línea de flotación los adversarios.

La última batalla se libra para definir cómo y con quiénes ampliar el espacio de Juntos. El jefe de Gobierno porteño lanzó una polémica propuesta: incorporar al gobernador cordobés Juan Schiaretti y su peronismo no K, una idea que despertó las iras de la exministra de Seguridad. 

“Para que el kirchnerismo se vaya el 10 de diciembre, tenemos que ampliarnos”, sostuvo Larreta, apoyado por el precandidato presidencial radical Gerardo Morales. Bullrich respondió con dureza: “Me parece que una cosa es ampliar y otra amontonar. Estas cosas de último momento generan mescolanza. No vamos a entregar a nuestra gente en Córdoba que está luchando para ganarle a Schiaretti, que está hace 24 años”, lanzó.

También restan otras definiciones, como la inclusión del liberal José Luis Espert en la PASO presidencial, además del reglamento para armar listas post primarias, que podrían comenzar a sellarse esta tarde.

Las esquirlas de la batalla nacional llegan hasta el territorio provincial, por lo que la Mesa Provincial, que se reunirá hoy a partir de las 18, buscará evitar los coletazos de las disputas superestructurales y avanzar en temas pendientes como el reglamento a negociar con sus socios de Juntos, incluidos los pisos electorales para conformar las nóminas.

Para ellos, una semana atrás fueron designados los tres responsables de la “rosca”: el diputado provincial Adrián Urreli, alfil del intendente de Lanús y precandidato a Gobernador, Néstor Grindetti; el larretista Agustín Forchieri, en nombre de Diego Santilli, aspirante al sillón que hoy ocupa Axel Kicillof y el jefe comunal de La Plata, Julio Garro.

En la lista de los deberes sigue estando, como desde el comienzo, el reclamo de los intendentes amarillos para que no se abra interna allí donde gobiernan. Por el momento, ambos sectores se muestran reacios, especialmente el bullrichismo. De hecho, la lideresa de los halcones dejó en claro que tiene precandidatos en los 135 municipios y que hará pagar a quienes osaron apoyar a Larreta.

Por otra parte, al igual que lo que ocurre a nivel nacional, no pareciera haber avances significativos en cuanto a la unción de precandidatos a vicegobernador. Ambos buscan sumar al radicalismo, representados por el diputado provincial Maximiliano Abad (Adelante Buenos Aires) y por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse (minoritario en la UCR bonaerense). El marplatense y su par Walter Carusso, alfil del sanisidrense, fueron elegidos negociadores dentro de Juntos por la Convención provincial realizada en Coronel Súarez.

Por fuera de los institucionales, en el PRO se espera una definición por parte de Cristian Ritondo y su tropa, respecto de su apoyo a uno de los dos bandos. La mayor parte de sus referentes prefieren al eje Bullrich-Grindetti, aunque las reuniones sigue con el santillismo y un apoyo de María Eugenia Vidal al mandamás porteño podría poner en aprietos un vuelco del ritondismo hacia los halcones.



Hasta ahora, Ritondo jugó en tándem con María Eugenia Vidal, pero eso podría quebrarse si ambos eligen campamentos diferentes para abrevar en esta interna. Como se sabe, el exministro de Seguridad bonaerense mantiene charlas tanto con la gente de Larreta como con la de Bullrich, y se espera una definición para ver a quién va a apoyar. Ritondo se sienta en esas mesas con un paquete de candidaturas a intendente y a la Legislatura, que incluyeron hasta ahora a los dirigentes directamente alineados con Vidal.

Pero la exgobernadora no se ha manifestado aún, y es otra de las definiciones que se espera con ansiedad en el Pro. por so pronto, su mano derecha, Federico Salvai, ya trabaja cerca del jefe de Gobierno porteño. El ofrecimiento concreto de Rodríguez Larreta hacia Salvai es que fuera su jefe de campaña, pero para aceptarlo quien ocupara el cargo de jefe de Gabinete de Vidal espera una definición de ella. Si Vidal apoya a Larreta, Salvai será jefe de campaña. Si Vidal se mantiene neutral, Salvai trabajará en el equipo del candidato pero menos expuesto. 

En ese contexto, si Ritondo termina del lado de Bullrich, habrá un quiebre en la sociedad con Vidal en la que podrían perder los dos. Hasta ahora, unidos, ponen sobre la mesa una buena cantidad de candidatos para los distritos donde no gobierna Juntos por el Cambio y un abuena cantidad de legisladores a los que pretenden que se les renueve el mandato. Si se separan ese poder de negociación se verá diluido para ambas partes.