Esta mañana, en el Museo del Bicentenario, el Jefe de Estado inauguró la Mesa Nacional de la Integridad y Transparencia, un nuevo ente institucional que realiza un seguimiento y evaluación de las políticas públicas que lleva adelante el gobierno nacional. Lo acompañaron el Jefe de Gabinete y precandidato a Presidente, Agustín Rossi, la titular de la Oficina Anticorrupción, Verónica Gómez, la secretaria de Gestión y Empleo Público, Ana Castellani, y la titular de la Agencia de Acceso a la información pública, Beatriz De Anchorena. En esta oportunidad, el mandatario nacional aprovechó uno de sus últimos discursos como presidente para defender su gestión y que no estuvo involucrado en ningún escándalo de corrupción: “Hay un Presidente y muchos funcionarios en mi Gobierno que se van a su casa igual que cuando llegaron, ninguno más enriquecido". Allí aparecieron las chicanas para el sector del kirchnerismo, al asegurar que durante su gestión “no le entregaron obras a familiares” y que “no tiene relación con empresarios”, en una clara crítica a Cristina Kirchner en el medio de una interna feroz dentro del Frente de Todos. En ese sentido, aprovechó para destacar la transparencia de su gestión. Aseguró que hay “un presidente y muchos funcionarios” que se irán de la función pública “igual que como llegaron, ninguno más enriquecido”. Luego remarcó una cuenta pendiente que tiene la clase política nacional: "Sobre el final de mi mandato voy hablar de algo que dije desde el primer día: la necesidad de tener un Estado eficiente”. “No hay espacio para la corrupción; no es algo tolerable; es algo absolutamente intolerable", remató el mandatario en el Museo del Bicentenario. |