La Tecla Mar del Plata
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Este 17 de junio se cumplen ocho años del hundimiento del buque pesquero Repunte, una tragedia marítima que dejó 10 muertos frente a las costas de Rawson y que, pese al paso del tiempo, continúa impune. En este nuevo aniversario, familiares de las víctimas volvieron a reunirse en el puerto marplatense para homenajear a los tripulantes y reafirmar su lucha por justicia, marcada ahora por la reciente decisión judicial de archivar la causa.
El naufragio ocurrió en 2017 y puso en evidencia un sistema pesquero corroído por la desidia estatal, la flexibilización de normas de seguridad y la falta de control sobre una flota envejecida. Pero lo que comenzó como una catástrofe vinculada al clima o a errores humanos, con el tiempo mostró otras aristas: permisos otorgados sin control, cambios estructurales en naves no preparadas para determinadas tareas, fallas técnicas encubiertas y una cadena de responsabilidades que va desde empresarios hasta integrantes de la Prefectura Naval.
La investigación judicial, tras años de avance lento, había alcanzado un punto clave: siete personas fueron imputadas, entre ellos miembros del grupo empresarial Caputo —propietario del barco—, personal técnico que certificó la estabilidad de la nave y autoridades que debían fiscalizar su operatividad. Sin embargo, en noviembre pasado, el juez federal Gustavo Lleral ordenó el archivo del expediente. Esa resolución generó una fuerte reacción entre los familiares, agrupados en Ningún Hundimiento Más, quienes insisten en que “hay responsables claros” y esperan ahora que la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia revierta la medida.
A ocho años del hecho, el Repunte se convirtió en un símbolo de la lucha contra la impunidad en el mar argentino. La organización de las familias trascendió lo judicial: impulsaron documentales, marchas, proyectos de ley y acciones colectivas para visibilizar las condiciones precarias de los barcos y exigir políticas públicas que prioricen la vida de los trabajadores de la pesca.
Uno de los focos de su reclamo es la falta de renovación de la flota, una deuda histórica que la política aún no salda. En 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, se firmó un decreto que extiende el uso de embarcaciones viejas hasta 2040. Y este año, el nuevo decreto 273/25 —impulsado por Federico Sturzenegger— habilitó la importación de barcos usados, una medida que fue duramente cuestionada por sindicatos navales y familiares de víctimas, quienes advierten que promueve una flota obsoleta y de mayor riesgo.
Según el relevamiento incluido en el documental Barcos de Papel, entre 2000 y 2019 ocurrieron 65 siniestros navales, 44 de ellos hundimientos. A esa estadística se suman otros casos recientes, como el del Rigel, cuya causa también fue archivada por el mismo juez.
Este martes, en Mar del Plata, se inauguró un nuevo mural en memoria de los tripulantes del Repunte, un gesto simbólico que se suma a la memoria colectiva construida desde abajo. Para sus familias, la lucha sigue viva en cada acción y en cada nombre que la Justicia decidió dejar en el olvido.