La Tecla Mar del Plata
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El Gobierno nacional decidió avanzar sobre uno de los terrenos más sensibles del mapa marplatense. A través del Decreto 765/25 publicado en el Boletín Oficial, el presidente Javier Milei y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, autorizaron a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) a rematar las dos manzanas donde funcionó la histórica “Canchita de los Bomberos”, detrás del Museo MAR, en Parque Luro. El mismo lugar que, durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, ya había desatado una batalla vecinal cuando se intentó incorporarlo al Procrear.
La decisión no sorprendió dentro del Gobierno nacional, donde vienen aplicando el mantra de “vender lo que no sirve al Estado”. Pero esta vez la medida toca una fibra sensible: se trata de dos espacios públicos utilizados como plaza, feria de food trucks y punto de encuentro barrial. Los terrenos, delimitados por Florisbelo Acosta, López de Gomara, José Mármol y Ricardo Gutiérrez, abarcan 7.481 m² cada uno. No están loteados y nunca pasaron al dominio municipal.
En tiempos del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, el Gobierno nacional evaluó usar esos predios para construir viviendas del Procrear. La iniciativa chocó con el rechazo de los vecinos y terminó archivada. Finalmente, el lugar fue transformado en una plaza pública.
En los considerandos, la AABE sostiene que los predios “no tienen afectación específica, están subutilizados y generan gastos evitables”. Para el Gobierno libertario, venderlos implica “ahorro para el Tesoro y dinamismo económico para quien invierta”. La misma lógica se aplicará en 15 inmuebles más —incluso uno en Jujuy al 100— que también serán ofertados.
En Mar del Plata, la reacción empezó a dividir aguas: comerciantes y vecinos temen perder otro espacio público frente al mar; en el oficialismo municipal prefieren el silencio prudente; la oposición habla de “remate ideológico de la memoria urbana”. Lo concreto es que no hay fecha de subasta, ni se sabe si el destino será inmobiliario, turístico o simplemente especulativo.
La Canchita de los Bomberos vuelve al centro del ring político. Y esta vez, el que pone el martillo no es Cristina, sino Milei.