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Domingo, 26 octubre 2025
Argentina
26 de octubre de 2025
SEGUNDA BATALLA

Kicillof busca consolidación, Milei la revancha: el duelo por el presente y futuro político

Kicillof apuesta a consolidar su figura como jefe opositor y Milei busca validar su modelo frente al bastión peronista. De los resultados dependerán cambios de gabinete, estrategias y futuros liderazgos.

Kicillof busca consolidación, Milei la revancha: el duelo por el presente y futuro político
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En el escenario político argentino se abre una nueva fase de enfrentamiento entre Axel Kicillof y Javier Milei, que puede definirse como la “segunda batalla” tras la elección de 2023.

Para Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, esta contienda implica consolidar su liderazgo dentro del peronismo y proyectarse hacia la presidencia en 2027. Por otro lado, para Milei, presidente de la Nación, el desafío es doble: sostener su gestión y evitar que la derrota en el distrito más importante —la provincia de Buenos Aires— ponga freno a su ambición presidencial.

Lo que está en juego para Milei: si gana este pulso territorial y simbólico, reforzará su mandato nacional, legitimará su modelo económico y allanará el camino hacia 2027 como claro favorito.

Si pierde, se encontrará fortalecido el eje opositor encabezado por Kicillof, su gestión quedará debilitada, el apoyo legislativo podría menguar y su candidatura 2027 se tornará más frágil.

En ese sentido, la derrota sería para Milei algo más que una mala elección: sería un aviso de que el modelo que propone no convence lo suficiente en bastiones peronistas.

En el caso de Kicillof, el triunfo le permitiría capitalizar una victoria sobre el oficialismo, asentarse como la “cara” de la oposición, movilizar al peronismo hacia una renovación y construir un aparato territorial que lo potencie hacia 2027.

La derrota para él implicaría retroceder en su proyecto de liderazgo nacional, quedar atrapado en las tensiones internas del peronismo, y perder el momentum para disputar la presidencia.

Además, un traspié le restaría margen para modificar estructuras provinciales, renegociar con Nación y dar el salto hacia un escenario nacional sólido.

Los escenarios posibles se bifurcan principalmente en dos rutas:

Escenario A: Kicillof gana la provincia de Buenos Aires, obtiene una victoria simbólica de peso, el peronismo recupera terreno y se posiciona como alternativa de poder. Milei sufre el desgaste, su gestión se vuelve más vulnerable y debe reconfigurar gabinete, estrategia y alianzas.

Escenario B: Milei logra imponerse en Buenos Aires o al menos resiste con fuerza, mantiene la iniciativa política, refuerza su modelo y reduce la capacidad del peronismo de proyectar a Kicillof como su candidato natural. Kicillof queda con limitaciones y debe reordenar su armado interno.

En cuanto a posibles cambios de gabinete, un triunfo de Kicillof tensionará al Gobierno nacional: Milei podría meter mano en sus ministros clave para mostrar eficacia, replantear la comunicación, adelantar ajustes y reforzar la presencia de figuras más moderadas que garanticen gobernabilidad.

Si Milei gana, Kicillof tendrá que reorganizar su equipo provincial para capitalizar la victoria (o minimizar la derrota) y alinear a su fuerza para 2027, con posibles cambios en su gabinete provincial para dar oxígeno y ajustar discurso.

Ambos escenarios implican que los gabinetes dejarán de ser solo instrumentos administrativos y se convertirán en piezas estratégicas de posicionamiento político: quién acompaña, quién queda fuera, qué símbolos emergen.

De cara a 2027, el paisaje queda así: si Kicillof sale fortalecido, será el principal rival de Milei, con ventaja territorial (Buenos Aires), aparato partidario y discurso opositor listo para disputar la Casa Rosada.

Si Milei se mantiene firme, llegará al 2027 con la bonanza de un modelo propio, la marca de “reformador” y la ventaja de incumbente, aunque también con riesgo de desgaste acumulado y de que surja un adversario más solvente. En cambio, si el oficialismo se debilita y Kicillof no logra capitalizar, podría aparecer un tercero que rompa la polarización, mientras ambos protagonistas quedan relegados o con menor capacidad de incidencia.

Finalmente, esta “segunda batalla” no es solo electoral: es de modelo. Kicillof y Milei plantean visiones antagónicas sobre el papel del Estado, la apertura económica, la distribución de los recursos y el peso de la industria versus el mercado.

La provincia de Buenos Aires, con el 38 % de la población nacional y cerca del 40 % del PBI, actúa como el tablero decisivo. Por tanto, lo que ocurra en este frente marcará no solo quién dominará el poder en el año inmediato, sino cómo se configura el mapa político argentino para los próximos años y para la carrera por 2027.
 

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