5 de diciembre de 2025
ENFRENTAMIENTO
La restauración de la Rambla desata una batalla política por la gestión diaria en General Pueyrredon
El pedido de la Dirección Provincial de Arquitectura para modificar recorridos de colectivos en plena obra pone en evidencia la creciente tensión entre General Pueyrredon y la administración bonaerense. La creciente disputa con el gobierno provincial se presenta como un reto para Agustín Neme, el intendente interino que asumirá en los próximos días.
Mar del Plata se prepara para recibir la temporada de verano con una de sus postales más icónicas, la Rambla, transformada en un vasto frente de obra. Sin embargo, la restauración impulsada por el Gobierno bonaerense ha trascendido el mero ámbito de la infraestructura para convertirse en el epicentro de una nueva disputa política entre la administración provincial y el municipio de General Pueyrredon. La evidencia más reciente de esta fricción se manifestó en el Concejo Deliberante, donde un proyecto que busca modificar los recorridos de colectivos reveló la aspiración de la provincia de incidir directamente en la gestión diaria de la ciudad.
El detonante fue una nota enviada por la Dirección Provincial de Arquitectura, organismo a cargo de la obra de puesta en valor, solicitando el traslado de las paradas de ómnibus frente a la Plazoleta Almirante Brown para armonizar con los trabajos y respetar el conjunto patrimonial. Este requerimiento, si bien se excusa en la necesidad operativa de la obra, esconde una pretensión política de injerencia. El mensaje es claro: la Provincia utilizó su intervención en el área patrimonial para atribuirse facultades y forzar la modificación de aspectos sensibles del sistema de transporte urbano, una competencia que es exclusiva del municipio.
A esta iniciativa se suma la bancada de Unión por la Patria (UP) con un proyecto de Comunicación que solicita al Departamento Ejecutivo evaluar específicamente el retorno de las líneas 551 y 553 a su recorrido previo por la calle Córdoba. Así, el oficialismo bonaerense utiliza a sus pares locales para avanzar, sin tapujos, sobre la agenda de gestión diaria.
Este panorama de tensión e intromisión se cristaliza en un momento de recambio institucional. Con la salida del intendente Guillermo Montenegro al Senado bonaerense, el concejal del PRO, Agustín Neme, asumirá la Intendencia de forma interina a partir del 10 de diciembre. El conflicto de la Rambla y la injerencia de la Dirección Provincial de Arquitectura en la movilidad urbana se erigen como uno de los primeros desafíos de su gestión; Neme se encontrará de lleno con una ciudad en obra, con la Provincia pisando fuerte en el centro turístico y con el desafío de responder a un intento de injerencia que afecta directamente la vida cotidiana de Mar del Plata. La aspiración provincial a incidir en la jurisdicción local no es solo un tema de transporte o de obra pública; es una muestra de la tensión estructural entre La Plata y Mar del Plata que el nuevo intendente interino deberá abordar como eje en su agenda.