A tan sólo ocho días para que se consume el traspaso de mando en la ciudad, el intendente Carlos Arroyo junto a su hijo Guillermo, presidente del bloque atlántico en el Concejo, comenzó la mudanza de objetos en la secretaría privada. Durante el fin de semana, estuvieron sacando expedientes y objetos del lugar, una tarea que finalizaría, según pudo averiguar este medio, el viernes cerca de las 19. Por otro lado, en una de las últimas maniobras del jefe comunal en el poder, y a pesar de la polémica instalada por los nombramientos en los últimos tiempos, avanzaría con una nueva designación. En principio, el hijo del intendente dialogó con el Contador Municipal, Guillermo Costanzo, para verificar si se contaba con el presupuesto suficiente para incorporar a otro allegado a la planta municipal. Se trataría de alguien que entraría al municipio como obrero inicial, con una carga horaria de 45 horas semanales, según revelaron a La Tecla Mar del Plata fuentes allegadas al intendente. No obstante, historial de designaciones a familiares y allegados por parte de Arroyo comenzó desde su misma asunción. El primer nombramiento cargado de nepotismo fue el jueves 10 de diciembre de 2015, cuando nombró como subsecretaria de Educación a su pareja, Susana Rivero, una de las pocas que se aún ha mantenido en el gabinete. Y a ella se fueron sumando varios nombres más. A raíz de esta situación, el Concejo impulsó en las últimas semanas un proyecto antinepotismo, cuyo debate fue congelado en la última Sesión Ordinaria. El pasado martes, todo parecía indicar que la ordenanza que plantea la prohibición de nombrar familiares en la administración pública local sería finalmente aprobada. Ese día, precisamente cuando el proyecto cumplía un año de su presentación, fue aprobada por todos los bloques, a excepción de Agrupación Atlántica, que se abstuvo. El consenso y el reclamo era tal que el oficialismo ni siquiera se expuso con un voto en contra. Pero algo cambió en 48 horas y el informe de Legal y Técnica que faltaba para confirmar la legalidad del contenido de la ordenanza pasó a primer plano. Pese a que su ausencia ya había sido advertida previamente, fue el concejal arroyista Marcelo Carrara el que la puso de relevancia durante la sesión del Concejo Deliberante del jueves pasado, donde planteó la vuelta a comisión del proyecto a la espera de esa actuación.
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