El orden de las cuentas públicas es una de las consignas centrales de la segunda gestión Montenegro. En un contexto de crisis económica, caída de la coparticipación y el cese de la obra pública, entre otras variables, el estado de las arcas comunales mantiene en vilo al gobierno.
La preocupación viene acompañada por números concretos, en especial, en el ingreso por las distintas tasas municipales. Según pudo recabar La Tecla, la cobrabilidad del primer semestre del 2024 promedió el 51,4%, siendo marzo el peor mes (46,3%) y febrero el de mejor percepción (53,6%).
La gravedad de la caída en la recaudación se pone aún más de manifiesto en la comparativa con otros años. En la primera mitad del 2020, en medio de lo más duro de la pandemia, la cobrabilidad fue del 48,8% mientras que para el mismo período del 2019 -último año de Carlos Arroyo- los registros llegaron al 71,66%.
Distintas fuentes ponen el foco en la Tasa de Seguridad y Higiene, una de las que más volumen representa y que sufrió una fuerte caída en lo que va del año.