La política no se toma respiro, y mucho menos cuando se trata del peronismo en versión kirchnerista. Luego de la suspensión del encuentro nacional previsto por la inesperada muerte del Papa Francisco, todo indicaba que la cita se reprogramaría para la próxima semana en el estadio de Ferrocarril Oeste. Sin embargo, en las últimas horas, algunas invitaciones comenzaron a llegar con otra dirección: una pantalla de Zoom.
Sí, como si fuera 2020 otra vez. Mientras unos se preparan para el calor del acto presencial, otros reciben links virtuales. ¿Error logístico? ¿Desprolijidad militante? ¿O simple operación para dejar afuera a más de uno? En el peronismo, cualquier hipótesis puede ser cierta.
Lo que sí está claro es que esta nueva rosca ya deja heridos. Y en Mar del Plata, todos los actores están tomando nota. La lectura que predomina en las mesas del PJ local es tan clara como punzante: Axel Kicillof empieza a replegarse y su alineamiento con Cristina Fernández de Kirchner parece ser más una rendición que una estrategia.
Los codazos ya no se ocultan. Referentes locales que ayer se mostraban moderados hoy recalculan su hoja de ruta. Los que apostaban a Axel como figura autónoma, hoy lo miran con desconfianza. Y los que tienen línea directa con el Instituto Patria, afilan cuchillos.
Septiembre todavía queda lejos, pero en Mar del Plata la campaña ya empezó. No en las calles, sino en los pasillos y chats cifrados. Porque en el peronismo, como siempre, las verdaderas batallas empiezan mucho antes de las urnas.