29 de mayo de 2025
PROYECCIÓN RADICAL
La UCR muestra músculo político y se reagrupa con la mira puesta en septiembre
De cara a las elecciones legislativas provinciales, el radicalismo bonaerense acelera su reconfiguración interna. La articulación entre intendentes, juventud y referentes legislativos busca consolidar un partido competitivo, con anclaje territorial y capacidad de incidencia en un escenario dominado por la polarización.

El radicalismo de la provincia de Buenos Aires empieza a mover sus fichas con decisión. Con la mirada puesta en las elecciones legislativas del 7 de septiembre, referentes clave de la Unión Cívica Radical (UCR) participaron de un encuentro amplio que reunió al Comité de Contingencia del partido, la Convención Provincial, el Foro de Intendentes y la Mesa de la Juventud Radical. La convocatoria, que puso en diálogo a los distintos órganos del partido, dejó un mensaje claro: el radicalismo quiere volver a disputar poder con organización, estrategia y territorio.
Diego Garciarena, diputado provincial y uno de los dirigentes que más protagonismo ganó en los últimos meses, sintetizó el clima del cónclave en sus redes sociales: “Creemos en el diálogo, en el trabajo colectivo y en la construcción de consensos”. Con tono firme pero conciliador, apuntó también a lo esencial: la necesidad de un radicalismo “territorial y competitivo”.
La reunión no fue un gesto aislado. Se inscribe en un proceso más amplio de recuperación de centralidad partidaria que atraviesa al radicalismo desde el recambio generacional hasta el posicionamiento político con perspectiva electoral. Mientras otros espacios oscilan entre la incertidumbre electoral y la disputa interna, la UCR busca dar una señal de orden, cohesión y planificación.
En términos políticos, el movimiento tiene peso propio. La provincia de Buenos Aires será, una vez más, clave en el tablero nacional. Y aunque el escenario está tensionado por la polarización entre el oficialismo libertario y el kirchnerismo, el radicalismo apuesta a no quedar relegado. La construcción de una estrategia común, con participación activa de intendentes, juventudes y estructuras orgánicas, marca un contraste con el desgobierno que se percibe en otros sectores.
El radicalismo bonaerense sabe que su fuerza radica en el músculo político: estructura, diálogo interno y territorialidad. De cara al 7 de septiembre, ese es el capital que buscará hacer valer.