La Tecla Mar del Plata
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Mar del Plata transitó el fin de semana largo por el Día de la Bandera con una escena que, lejos de la postal del desborde turístico, mostró calles sin aglomeraciones, cierta tranquilidad urbana y una ocupación hotelera que apenas rondó el 50%, según datos preliminares del EMTur. Hubo actividades para todos los gustos y propuestas culturales, pero el flujo de visitantes no tuvo –al menos a simple vista– el volumen esperado. Desde el ente municipal, su presidente Bernardo Martín habló de una “buena respuesta”, aunque todavía no se difundieron cifras oficiales sobre los arribos.
El dato más concreto, en cambio, vino del sector comercial: las ventas cayeron un 4,1% en comparación con el mismo fin de semana largo del año anterior. Las escapadas siguen existiendo, sí, pero los consumos se ajustan cada vez más. Para muchos comerciantes, el movimiento se sintió más en las consultas que en las compras, y el gasto promedio volvió a contraerse. El turismo llega, pero con la billetera apretada.
Con este panorama, la ciudad entra al invierno con expectativas moderadas. Desde la gestión local apuestan fuerte a las vacaciones de invierno y, más adelante, al Enduro de Invierno como evento de convocatoria masiva. Resta saber si el clima y el bolsillo acompañan, o si la temporada mantendrá esa lógica tan conocida: pasear mucho, gastar poco y mirar vidrieras como quien mira un catálogo de lo imposible.
Porque si algo dejó claro este finde largo, es que la reactivación no se mide solo en tasas de ocupación, sino en la distancia —cada vez más grande— entre la propuesta turística y la realidad del consumo.