La Tecla Mar del Plata
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A tres días del cierre de listas, el Palacio Municipal parece más una bolsa de empleo que una sede institucional. Concejales en modo supervivencia, funcionarios mirando con cariño las bancas y pastores pasando facturas. El clima tras el temporal: 100% humedad y 90% rosca.
En el oficialismo, hay ocho bancas que caducan. Cuatro son del PRO, y mientras dos ediles ya están fuera del juego por la alternancia, otros dos —dicen las malas lenguas— “seguirían cuatro años más sin conocer lo que es un recibo de sueldo privado”.
Entre los nombres que suenan, Florencia Ranellucci aparece en la pole position para encabezar la lista. Su crecimiento responde, en parte, a la buena sintonía que algunos sectores evangélicos mantienen con el gobierno de Javier Milei. La concejal ganó visibilidad tras participar de la inauguración del templo "Portal del Cielo" en Chaco, encabezada por el propio mandatario.
Pero el respaldo no es unánime: en el rebaño local empezó a haber ruido. Algunos pastores de la comuna estarían molestos por la falta de diálogo con la edil, a quien acusan de no atender ni responder los mensajes.
En paralelo, Cristian Beneito —el reemplazante de Fernando Muro— también quiere lugar en la lista. Pero su currículum de “haber estado en todos lados y en ninguno” lo pone en observación. En política, el multitasking ideológico no siempre cotiza bien.
Mientras tanto, en el gabinete se huele el perfume del recambio. Con la llegada libertaria cada vez más marcada, algunos ya desempolvan el CV. El caso más delicado es el de Santiago Bonifatti, que transita su gestión en el EMSUR entre quejas y rumores de eyectado. Nadie le dice nada en voz alta, pero todos lo imaginan con las cajas en la mano.
También hay quienes miran con cariño el Deliberativo. Marcelo Cardoso (Inspección General) y Bernardo Martín (EMTURyC) quieren meterse en las listas, pero les sacaron “bolilla negra” por portación de terminal política: el primero con Miguel Ángel Pichetto, el segundo con Lilita Carrió. Dos nombres que no figuran en el santoral libertario. Otro que quiere reinventarse es Francisco Taverna, director de Cultura del EmturyC. Su problema no es político, sino de casting: no encaja con el perfil buscado.
Del otro lado de la rosca, también hay movimiento. En Provincia, varios funcionarios miran al Concejo como refugio, y entre ellos aparece Marcos Gutiérrez, presidente del Consorcio Portuario marplatense, quien estaría buscando volver al recinto marplatense. El problema es que las listas no son un colectivo: no hay lugar para todos.
A tres días del cierre, las bancas se cotizan más que el dólar blue. Y en los pasillos, todos están rosqueando... o rezando.