3 de diciembre de 2025
SUPERMIERCOLES
Último round: Kicillof y una apuesta para terminar con el drama del endeudamiento
El oficialismo teje acuerdos de última hora para alcanzar los votos necesarios para aprobar la ley y a otra cosa. El número mágico es 62, pero puede bajar con un poco de ayuda opositora. “Necesitamos funcionar y que funcionen los municipios", fueron las palabras con las que Kicillof advirtió la necesidad del endeudamiento.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, está decidido a que la novela del endeudamiento se termine hoy mismo. Y para eso el oficialismo bonaerense está en negociaciones de última hora para conseguir el número mágico que permita convertir en ley el proyecto de financiamiento para el año que viene, que implica la autorización al Ejecutivo para tomar deuda en el exterior por 3685 millones de dólares.
La aprobación del proyecto le viene siendo esquiva a Kicillof porque, a diferencia del Presupuesto y la Ley Fiscal para 2026, el endeudamiento requiere dos tercios de los votos, y los números no estaban. Ahora el gobierno avanza en acuerdos para llegar a la cifra deseada y que en la sesión de mañana se sancione la Ley de Financiamiento.
La cuenta que hacen en el oficialismo es sencilla: si los 37 diputados peronistas votan a favor y también se suman los 15 radicales, los tres de la Coalición Cívica y los tres de Nuevos Aires, más los seis libertarios dialoguistas de Unión y Libertad, los números cierran, porque así se alcanzarían 64 votos, dos más que la cifra mágica de 62 que representa dos tercios del total de la Cámara.
Ese apoyo amplio lo obtendría Kicillof a cambio de prendas prometidas como puestos en el directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires (BAPRO) y otros organismos de la Provincia. Y no haría falta entonces que ningún diputado del PRO sume su apoyo.
Ocurre que ahora todos los ojos están puestos justamente en el PRO, porque hay diferencias entre quienes siguen a Diego Santilli, más intransigentes, y quienes se referencian en Cristian Ritondo, acaso dispuestos a acompañar el endeudamiento si el apoyo valiera la pena. No sólo el oficialismo les presta atención; también sus socios de La Libertad Avanza. Hoy, el presidente del partido en la provincia, Sebastián Pareja, dijo que sería “un baldazo de agua fría” que diputados proístas votaran a favor de la “locura” del endeudamiento.
Si el apoyo de los otros bloques no fuera absoluto y no se llegara a 62 voluntades, el gobierno podría contar con una forma de bajar el requisito: convencer a legisladores de la oposición de que no participen en la sesión.
Estas ausencias serían más decorosas que el apoyo y, dado que para la aprobación es necesario el sí de dos tercios de los legisladores presentes en el recinto, harían que el umbral se achique. Con esto, Kicillof podría tener la tercera pata de su paquete de leyes y la oposición más dura salvaría la ropa.
Se trata de una alternativa, de un plan B. La primera opción que contemplan en calle 6 es alcanzar el apoyo sin fisuras de los bloques opositores que no participan de la alianza entre el PRO y LLA. Pero al momento de escribir estas líneas está por verse si el plan A es exitoso.