La Tecla Mar del Plata
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General Pueyrredon amaneció con un mando renovado. Sin acto ni foto oficial, Agustín Neme cruzó la puerta del despacho principal y se transformó en el intendente interino de la ciudad. El movimiento, es consecuencia de la licencia sin plazo que Guillermo Montenegro presentó para asumir su banca en el Senado bonaerense.
La novedad es histórica: la comuna abre una etapa que jamás había transitado, un intendente electo que se toma licencia para legislar en Provincia mientras otro –que no pasó por las urnas para ese cargo– toma el control del Ejecutivo local.
Neme llega con un desafío doble: administrar una ciudad en plena tensión económica y, a la vez, sostener una estructura política diseñada por Montenegro. La primera incógnita es qué hará con el gabinete. Hasta ahora, nadie recibió el llamado del adiós, pero nadie jura que los casilleros seguirán como están.
El artículo 15 de la Ley Orgánica Municipal selló la sucesión y dejó el camino despejado para que el ex jefe de bloque del Pro asuma la intendencia. Sin embargo, la llave del poder no es completamente suya: Montenegro mantiene la titularidad del cargo y podría regresar cuando lo considere políticamente oportuno. Ese pequeño detalle convierte al interinato en un período de gobierno singular, donde el que firma los decretos no es necesariamente el que marca la estrategia.
Con el Senado bonaerense como nuevo escenario de Montenegro. Neme inicia su recorrido con un margen de maniobra acotado, pero con la responsabilidad plena de conducir el Ejecutivo en un momento decisivo. La pregunta que empieza a circular en el mundillo político local es si este interinato será apenas un puente administrativo o el comienzo de un liderazgo propio dentro del oficialismo. La respuesta se escribirá día a día, a partir de hoy.