A días del inicio de la temporada de verano 2025-2026, Mar del Plata vuelve a quedar en el centro de una discusión que se repite año tras año: la ocupación de las playas públicas por parte de concesionarios privados.
La instalación de carpas cada vez más cerca de la línea de costa reduce el espacio disponible para quienes eligen la playa pública. Si bien la cantidad y ubicación de estas unidades están reguladas por concesiones municipales, el avance del mar y la variación de la línea de ribera obligan, en teoría, a readecuar los límites.
En la práctica, los contratos de largo plazo —algunos de hasta 30 años— quedan desactualizados frente a los cambios naturales del litoral. Cuando se detectan infracciones, el Ejecutivo aplica multas que resultan poco significativas frente a la rentabilidad de una temporada alta.
Con un verano que promete alta afluencia turística, vuelve a abrirse el debate sobre el equilibrio entre el negocio privado y el derecho ciudadano al libre acceso a las playas, un desafío que el Municipio aún no logra saldar.