2 de junio de 2025
GESTIÓN MUNICIPAL
La calle, un problema descentralizado: Nación transfiere, los municipios responden
Con el Decreto 373/2025, el Gobierno delega en intendencias y gobernaciones la atención a personas en situación de calle. En Mar del Plata, el Ejecutivo local admite que ya asumía el peso operativo, pero advierte sobre nuevos desafíos políticos y sociales.
La publicación del Decreto 373/2025, que modifica el alcance de la Ley 27.654 y delega en las provincias y municipios la asistencia a personas en situación de calle, obliga a los gobiernos locales a asumir un rol más protagónico en una problemática social urgente. Para Mar del Plata, ciudad con altos niveles de pobreza y una población callejera visible especialmente en los meses de invierno, el cambio no es menor.
El decreto establece que el Gobierno nacional dejará de tener participación directa en la ejecución de políticas sociales para esta población, salvo cuando las capacidades locales estén desbordadas. En adelante, la planificación, ejecución y evaluación de las estrategias recaerá sobre cada jurisdicción, que podrá diseñar sus propios dispositivos: albergues, programas de salud, inclusión social o asesoramiento habitacional.
“Este decreto termina por ordenar algo que ya sucedía en la práctica: los municipios y las provincias vienen asumiendo este trabajo desde hace años”, afirmó a este medio Vilma Baragiola, secretaria municipal de Desarrollo Social, quien acumula una amplia experiencia en esa función. Según explicó, Mar del Plata ya sostenía con presupuesto y personal propio el grueso del operativo de invierno y la atención permanente de personas en situación de calle.
Desde una perspectiva política, esto representa un cambio de escenario para el intendente Guillermo Montenegro. En el marco de una gestión que suele reforzar discursos de orden, seguridad y control del espacio público, la necesidad de abordar con profundidad una problemática estructural como la situación de calle exigirá una respuesta con sensibilidad social y operatividad concreta.
Baragiola detalló también que el municipio ya tiene en marcha el censo previo al Operativo Frío, y que el parador municipal cuenta actualmente con caldera, cocinas, camas, frazadas, lavadoras y secadoras nuevas. “Tuvimos que reemplazar todo porque las condiciones anteriores eran insalubres. Hoy, el parador recibe entre 60 y 70 personas por noche durante los picos de frío”, remarcó. Además, se avanza en la reubicación del módulo de atención transitoria, para lo cual se gestionó ante Nación el uso temporario de un espacio perteneciente al Estado nacional.
Además del impacto simbólico, el decreto deja abiertas preguntas operativas: ¿con qué recursos contará el municipio? ¿Se crearán nuevos dispositivos? ¿Habrá articulación con organizaciones sociales y religiosas que hoy cubren gran parte de la asistencia informal? ¿Qué rol jugará la Provincia en este nuevo esquema? A falta de definiciones, el riesgo de que se profundicen las desigualdades territoriales crece.
En el caso marplatense, Baragiola explicó que el trabajo articulado con Provincia es una constante: “Siempre trabajamos con ellos. La Dirección de Situación de Calle de Provincia tiene programas que se vinculan con los distritos. Pero la mayoría del presupuesto es municipal. Nosotros arrancamos desde abajo: desde el municipio hacia arriba”.
También reconoció un fenómeno que agrava el panorama: la llegada de personas desde el conurbano bonaerense. “Antes de iniciar el censo ya detectamos a gente recién llegada. Esta mañana encontramos a dos varones durmiendo bajo los aleros en Punta Iglesias, que habían llegado el día anterior”, contó. Y adelantó que podrían emitir un comunicado: “Mar del Plata es una ciudad hermosa para vivir y disfrutar, pero no se puede venir a vivir a la calle”, enfatizó.
La exposición política del Ejecutivo local también se incrementa. La ciudadanía ya percibe la situación de calle como parte del paisaje urbano, pero a partir de ahora, cualquier retroceso, saturación de centros o conflicto social será adjudicado a la responsabilidad municipal. La delegación de funciones viene acompañada de una transferencia tácita de expectativas.
Si bien el decreto subraya que deben respetarse los estándares mínimos de derechos humanos, en los hechos, la protección de esas garantías dependerá de la voluntad, la planificación y el presupuesto que disponga cada ciudad. En el caso marplatense, la medida pone a prueba no solo la capacidad de gestión, sino también la orientación política del gobierno frente a uno de los rostros más crudos de la desigualdad.
“Se trabaja 24 horas todos los días, y la mayoría de los casos que atendemos nos llegan por llamados de los propios vecinos”, señaló la funcionaria. También destacó la colaboración con instituciones como Cáritas, a la que el municipio le transfiere fondos para ampliar la atención en hogares para hombres y mujeres sin techo.
La calle, desde hoy, es competencia local. Y en un contexto social complejo, también puede transformarse en un campo de disputa por el sentido, la responsabilidad y la eficacia de las políticas públicas.