La Tecla Mar del Plata
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La iniciativa legislativa plantea un cambio de paradigma fiscal: se presume la inocencia del contribuyente hasta que se demuestre lo contrario. Esta reforma busca relajar los controles y apelar a la buena fe de quienes, en la práctica, muchas veces ocultan sus ingresos o declaran montos cuya procedencia legítima resulta difícil de comprobar. Presentada con tono épico, la medida intenta redefinir la relación entre el Estado y quienes —con más o menos entusiasmo— cumplen con sus obligaciones tributarias.
Desde Mar del Plata, el concejal libertario Emiliano Recalt expresó su respaldo al anuncio y lo difundió con inocente optimismo desde sus redes. Para su espacio, el proyecto es un avance en la lucha contra el “Estado perseguidor”, una cruzada que ubica al contribuyente como víctima y no como parte activa del contrato social. ¿La evasión? Un malentendido administrativo, obvio.
Principio de inocencia fiscal.
— Emiliano Recalt (@erecalt) June 6, 2025
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Abro hilo 🧵 pic.twitter.com/rI5r4UReao
Pero más allá de las flores tuiteras, no pocos advierten que detrás de la retórica garantista podría esconderse una nueva oportunidad para blanquear capitales sin muchas preguntas. En un país donde buena parte de la economía se mueve por fuera de los libros, la “inocencia fiscal” suena más a salvoconducto que a equidad. Y aunque el proyecto hable de derechos, la pregunta sigue flotando: ¿esto es alivio para el trabajador o una nueva licencia para los mismos de siempre?