Una contienda que pone en juego el bastión histórico del peronismo
La consultora política Analía del Franco brindó su mirada sobre lo que se espera para los comicios del 7 de septiembre. El desafío para el peronismo es doble: retener un bastión que históricamente le pertenece y, al mismo tiempo, superar las tensiones internas.
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Las elecciones del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires llegan en un contexto en el que gran parte de la sociedad muestra indiferencia y confusión sobre qué se vota. El desdoblamiento de los comicios, la suspensión de las PASO, los cambios en las reglas de juego y la fragmentación de espacios políticos hacen su aporte a un clima de apatía generalizado.
La decisión de Axel Kicillof de separar la elección provincial de la nacional pone a prueba no sólo al peronismo, sino también al propio Gobernador. El mandatario se juega una parada más que difícil en medio de su disputa interna con Cristina Fernández y Máximo Kirchner. por lo que el resultado será un factor determinante para su futuro político hacia el 2027 y su proyección presidencial.
Del mismo modo, obliga al justicialismo a poner en juego toda su estructura en el amplio territorio bonaerense y los intendentes ponen toda la carne al asador para defender su gestión y blindar los Concejos Deliberantes en 84 municipios.
Una contienda que pone en juego el bastión histórico del peronismo
La consultora política Analía del Franco analizó el escenario electoral en la provincia de Buenos Aires, un territorio que vuelve a convertirse en epicentro de la disputa política nacional. “La Provincia es la madre de todas las batallas y el lugar donde hoy el peronismo todavía tiene mayor incidencia. Para el oficialismo nacional conquistar este distrito sería, en sus propias palabras, poner el ‘último clavo’ al kirchnerismo. No lo han logrado hasta ahora, pero esa sigue siendo su meta”, afirmó.
Según Del Franco, el desafío para el peronismo es doble: retener un bastión que históricamente le pertenece y, al mismo tiempo, superar las tensiones internas que atravesaron al espacio en los últimos meses. “La recomposición y la unificación no fueron fáciles, pero ahora el peronismo necesita defender su lugar en la Provincia y posicionarse hacia octubre”, señaló. La especialista remarcó que la dinámica electoral bonaerense favorece al oficialismo local, ya que la elección de legisladores provinciales y concejales moviliza a intendentes y a la militancia en cada sección, generando un compromiso territorial que podría diluirse en las generales de octubre.
Analía del Franco.
Al mismo tiempo, la analista contempla un factor externo que complicó al gobierno: el escándalo por las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad. “Ese episodio desconcentró al oficialismo de su objetivo central: Buenos Aires. El impacto fue fuerte, primero por la repercusión mediática y segundo porque ocurrió en un contexto económico muy delicado, con un humor social cargado de malestar. Incluso quienes apoyaron a Milei lo sienten como un golpe”, explicó Del Franco.
La consultora advierte que el efecto fue más notorio en los sectores medios y medios-altos, votantes que habían acompañado a Milei por su discurso anticorrupción más que por razones económicas. “Para ellos fue como una bala: esperaban otra cosa y ahora crece el descontento. En los sectores populares también generó rechazo, pero allí lo central sigue siendo la crisis económica cotidiana”, precisó.
La Libertad Avanza no da el brazo a torcer y espera conquistar un distrito hoy en manos del peronismo.
De cara a lo que viene, Del Franco no cree que esto se traduzca directamente en un voto castigo, sino en un posible aumento de la abstención. “Especial-mente entre jóvenes de clase media y media baja, más cercanos al oficialismo, hoy predomina el escepticismo. No necesariamente irán a votar en contra, pero sí podrían optar por no ir a votar”, concluyó. En este contexto, la apatía electoral es otro de los contrincantes a vencer por parte de las fuerzas políticas.