La Tecla Mar del Plata
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La seguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los vecinos de Mar del Plata. Esta importante cuestión depende de la provincia de Buenos Aires, bajo el gobierno de Axel Kicillof, y de la Policía Bonaerense, cuyo accionar está supervisado por el ministerio de Seguridad provincial, a cargo de Javier Alonso. A nivel local, si bien el intendente Guillermo Montenegro no tiene autoridad directa sobre las fuerzas provinciales, mantiene una estrecha coordinación con ellas para abordar los problemas de seguridad. Además, se despliegan estrategias como la Patrulla Municipal, que dividen opiniones entre quienes las respaldan y quienes las denuncian por abuso de poder. Así, las denuncias de organismos de derechos humanos contrastan con el respaldo de parte de la ciudadanía.
En este contexto, Mar del Plata, un lugar clave tanto para la provincia como para el país, debería disfrutar de una situación de seguridad ejemplar. Sin embargo, la inseguridad se extiende no solo en la periferia sino también en zonas céntricas, afectando la vida cotidiana de vecinos y turistas.
Un factor que ha contribuido a esta preocupante situación es la intervención judicial, que, en varias ocasiones, ha sido vista como un freno a la efectividad de las medidas de seguridad. Aunque se despliegan operativos y patrullajes, la efectividad de estas medidas sigue condicionada por las decisiones judiciales. En varias ocasiones, Montenegro, como cabeza de General Pueyrredon, ha expresado su rechazo al sistema judicial y a lo que considera un exceso de garantías procesales, argumentando que esto ha debilitado la capacidad para enfrentar la delincuencia. Reincidentes que recuperan la libertad a las pocas horas de ser detenidos, menores implicados en robos violentos que son liberados por falta de capacidad legal para mantenerlos detenidos, sentencias judiciales que no satisfacen las expectativas sociales, demoras en la tramitación de causas penales, son algunas de las situaciones que se observan en el funcionamiento de la Justicia argentina.
Asimismo, marplatenses y turistas han compartido sus testimonios y experiencias negativas con las resoluciones de los jueces encargados de administrar justicia. Dentro de este marco, cabe resaltar también la figura de José Luis Segovia. El ex titular de la Policía Departamental de Mar del Plata está acusado de liderar la asociación ilícita y, en las últimas horas, el fiscal Marcos Pagella formuló el pedido de elevación a juicio.
Montenegro y una política de seguridad marcada por la controversia
Ante este panorama, el intendente Montenegro impulsó medidas para frenar el avance de la inseguridad en General Pueyrredon. De este modo, creó y profundizó la actuación de la Patrulla Municipal. Con operativos y controles a cargo de la Patrulla Municipal, Montenegro ha implementado una política que ha sido rechazada por sectores que la consideran una violación a los derechos humanos. Además, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), junto a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) local, denunció penalmente al jefe comunal “por presuntas prácticas de violencia estatal”. A pesar de las denuncias y críticas, el Ejecutivo local ha puesto énfasis en visibilizar los operativos, consolidando la seguridad como uno de los ejes más visibles de su gestión.
En línea con su enfoque de seguridad, Montenegro ha dotado a los agentes municipales con dispositivos no letales, lo que ha generado controversia en algunos sectores que ven este tipo de medidas como excesivas. Un movimiento controversial y que también generó polémicas al igual que la modernización del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM), desde donde la secretaría de Seguridad vigila y controla Mar del Plata.
En el ámbito legislativo, la Comisión de Seguridad del Concejo Deliberante, presidida por la oposición, ha sido escenario de constantes roces políticos. Sin embargo, a pesar de los obstáculos, fiel a su estilo, Montenegro se mueve con un objetivo distintivo. En un año electoral, la seguridad se convierte en un eje clave de campaña de todos los sectores. El escenario está dado y cada actor realiza sus movimientos con precisión y cautela, pero mientras el delito se complejiza y los límites entre jurisdicciones dificultan la respuesta, Mar del Plata sigue buscando un modelo de seguridad que combine eficacia, legalidad y consenso social.