6 de junio de 2025
ELECCIONES 2025
Mar del Plata, en clima electoral: la polarización nacional, las alianzas locales y un Concejo que puede cambiar de manos
A 43 días del cierre de listas, la ciudad refleja las grandes tensiones del momento: la estrategia de polarización de La Libertad Avanza, un PRO que busca reposicionarse y una UCR dividida. En el medio, el Concejo Deliberante que podría transformarse drásticamente tras las legislativas de septiembre.
Con el calendario electoral en marcha y las elecciones del 7 de septiembre en el horizonte, la política marplatense transita un proceso de reconfiguración acelerada. La irrupción de Cristina Fernández de Kirchner como candidata bonaerense reactivó exponencialmente la polarización que La Libertad Avanza (LLA) busca capitalizar con fuerza. En paralelo, el PRO acelera su acercamiento al partido de Javier Milei, mientras la Unión Cívica Radical (UCR) debate su lugar. Frente a un esquema de alianzas inestable, el Concejo Deliberante podría perder su actual interbloque oficialista y pasar a un tablero más fragmentado y complejo.
En este contexto, los referentes libertarios no tardaron en salir a reforzar el discurso nacional de Milei: “es kirchnerismo o libertad”. El partido violeta apuesta a explotar la polarización para crecer en el plano local, donde hoy tiene apenas dos bancas, pero se percibe en condiciones de dar un salto electoral. A su vez, la relación entre el PRO y LLA es cada vez más visible. El partido amarillo, que forma parte del interbloque oficialista conducido por el intendente Guillermo Montenegro, afina su discurso confrontando con el gobernador bonaerense Axel Kicillof. El ataque a IOMA, convertido en símbolo del “fracaso” del modelo K, y la defensa de la “libertad” en debates como el de la flexibilización de la actividad comercial en jornadas electorales, son señales claras de un nuevo eje discursivo que tiende puentes con el mileísmo.
En este esquema, la UCR aparece como un actor en crisis. Parte del radicalismo acompaña al PRO en el interbloque, pero las señales de alianza con LLA generan tensiones internas profundas. La abstención radical en la votación sobre el Código Electoral Nacional dejó en evidencia que el centenario partido atraviesa un dilema que puede redefinir su rol en el tablero local: acompañar el armado PRO-LLA o buscar una identidad diferenciada, con riesgo de aislamiento.
El Concejo Deliberante: entre la polarización y la fragmentación
El oficialismo local pone en juego 8 de sus 13 bancas y podría perder la mayoría automática que hoy le permite controlar el Concejo sin depender de acuerdos. Por su parte, Unión por la Patria (UP) renueva 4 bancas y busca resistir en un clima adverso. Si LLA y el PRO concretan un acuerdo electoral y logran crecer, podrían configurar un nuevo bloque dominante. Pero si las alianzas se mantienen frágiles o la UCR decide tomar distancia, el próximo Concejo podría quedar muy fragmentado, con negociaciones constantes para cada votación.
De este modo, todo se perfila en la polarización que ya se da a nivel provincial: LLA y el PRO frente a UP. Sin embargo, la cuestión más trascendentes no está saldada en ningún bando: los nombres. El partido violeta y el amarillo continúan en discusión para armar las listas, aunque se sabe que la construcción electoral será “de abajo hacia arriba”: desde los municipios, las secciones y la provincial. El peronismo, postergado por la disputa Cristina-Kicillof, aún no converge ni en espacio, ni en nombres. Con el cierre de listas para el 19 de julio, el tiempo corre y las reuniones son inminentes para ambos bandos.
Así, Mar del Plata refleja las grandes tensiones de la política argentina: polarización, alianzas volátiles, crisis de los partidos tradicionales y una institucionalidad que puede quedar más fragmentada. El 7 de septiembre será una fecha clave, pero el verdadero impacto político se jugará en cómo quede configurado el Concejo y en qué alianzas logren sostenerse, o romperse, en la nueva etapa.