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Redacción
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Privados en expansión, obra pública en retroceso: el contraste que marca la gestión González
El boom de metros aprobados convive con un Estado que no logra concretar proyectos propios ni revertir años de subejecución. Y un funcionario que siempre esta en el “ojo de la tormenta”.
Mientras el Ejecutivo municipal exhibe con entusiasmo el fuerte repunte en los metros aprobados para construcción privada, la obra pública transita el camino inverso: cinco años de ejecución mínima y un presente signado por la parálisis nacional. Entre ambos extremos se mueve el balance de la Secretaría de Obras que conduce el polémico Jorge “Guasa” González.
La cartera difundió esta semana un informe y celebró números récord: “Entre los meses de enero y noviembre de este año se registraron 592.877 m² correspondientes a obra nueva y a expedientes ingresados para aprobación de la Secretaría, cifra que marca un incremento del 70,6% respecto al total del año 2024 (que cerró con 347.500 m²)”. El área resaltó que la tendencia permite proyectar “un cierre de año con indicadores muy por encima de los registros previos, con perspectivas favorables para el período siguiente”.
Según Obras, el fenómeno responde a un combo de medidas que apuntalaron al sector: “Fue posible gracias a la batería de ordenanzas de incentivo al sector, los estímulos fiscales y un proceso sostenido de modernización, simplificación y agilización administrativa, acompañado de un marco sólido de seguridad jurídica”.
Ese esquema comenzó con el Régimen de Incentivos a la Construcción en plena salida de la pandemia y siguió ampliándose con las ordenanzas prorrogadas durante los últimos años. Ahora, la discusión llega al recinto: las normas 25.113 y 25.114, ya caducadas, esperan que el Concejo las extienda hasta 2027.
Sin embargo, el contrapste con el frente estatal es inevitable. La obra pública arrastra un desempeño precario desde el inicio del mandato: la Secretaría de González fue, año tras año, la que menos porcentaje de presupuesto ejecutó. Durante el período del Frente de Todos, el Ejecutivo local adjudicó la falta de obras al “contexto” y a los “descalabros económicos”; argumentos que se repitieron mientras la inversión quedaba siempre por debajo de lo previsto
. Con el desembarco de Javier Milei en la Casa Rosada, la situación directamente se frenó. El apagón total de obra pública golpeó al sector de manera directa. Aunque desde el gobierno municipal destacan el crecimiento privado por su impacto en el empleo, las cámaras del rubro vienen advirtiendo que la caída de proyectos estatales generó un deterioro significativo en la actividad.
El municipio, así, muestra dos caras: una construcción privada en máximos históricos y un Estado sin capacidad de ejecutar proyectos propios. Un modelo que acelera por un carril y se detiene por completo en el otro.
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