La baja de la libido o el deseo sexual muchas veces está relacionada con factores orgánicos
o emocionales, ya que el estrés suele ser el enemigo número uno. Si bien el “no tener ganas” parece un tema tabú, es una situación que se puede producir en cualquier momento de la relación y bajo distintas circunstancias.

A nivel orgánico, por ejemplo, puede haber un desbalance hormonal como tiroides o diabetes, incluso la presión alta o la presión baja pueden influir. A nivel emocional puede ser mala vinculación de la pareja, celos, inseguridades o alguna cuestión de ella o de él que no termina de convencer a ninguno de los dos, es decir, el deseo sexual está muy ligado a lo que pasa en la realidad de la pareja. Conocé algunos de ellos