La Tecla Mar del Plata
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La Comisión de Obras del Concejo Deliberante volvió a toparse con un expediente que ya huele a déjà vu. Se trata del pedido de nueva prórroga de 24 meses para que la pesquera Marbella S.A., ubicada en Strobel y Dardo Rocha, siga operando en pleno corazón de Parque Luro, pese a las reiteradas promesas de traslado al Parque Industrial.
El proyecto, impulsado por el Ejecutivo, quedó en comisión luego de que los concejales coincidieran en la necesidad de analizar la respuesta presentada por la empresa, que intenta justificar un nuevo aplazamiento bajo el argumento de las inversiones realizadas en su futura planta.
La presidenta de la comisión, Angélica González, explicó que representantes de la firma “presentaron un informe que habla de lo que se avanzó en la construcción del nuevo predio ubicado en el Parque Industrial y lo que quedaría pendiente”. Sin embargo, la edil lilita remarcó que la prórroga “ya lleva bastante tiempo”.
Más crítico fue el radical Daniel Núñez, quien advirtió que “la verdad que es un pedido que viene reiterándose en el tiempo, el de Marbella, y nunca termina de cumplir con los plazos que el Concejo Deliberante le viene poniendo”.
“El plan de obra debería haber sido informado periódicamente de acuerdo a la última vez que lo habíamos aprobado, ya hace dos años”, recordó el concejal. Además, añadió que “esta respuesta que da Marbella, la da a partir de un pedido de informe que hicimos nosotros desde esta comisión”.
También, Núñez expresó: “Una planta que, es cierto, que tiene muchísimos años ahí, quizás cuando no era lo que era, pero hoy el barrio es otra cosa, y con lo cual debería acelerar todos los trámites para correrse al lugar, que es el destino que tiene hoy en el Parque Industrial”.
La respuesta de Marbella
En el informe, la empresa alegó que sobre el predio de 10.705 m² en el Parque Industrial ya se realizaron obras por más de $400 millones, ampliando la planta existente en 2.000 m². Además, detalló una inversión de $60 millones en pintura, $50 millones en la cabina de gas, y $150 millones en la instalación eléctrica, asegurando que “toda esta inversión, más las obras que faltan y el traslado, dará trabajo directo e indirecto a más de 400 familias”.
En su descargo, Marbella aseguró que “están finalizando el plano con el croquis sanitario para cumplimentar con los trámites iniciales en Obras Sanitarias (OSSE)”, y que por ahora cuentan “con servicio básico para realizar las obras”. Según la firma, apenas tengan el archivo del plano “lo estarán enviando para ser agregado al expediente digital”. Más allá del formalismo, lo cierto es que ese trámite parece ser el único paso visible en una obra que, seis años después, todavía se anuncia en futuro.
Marbella pidió “el tiempo necesario para seguir desarrollando nuestra actividad por el plazo de dos años”, aludiendo a un “delicado equilibrio de inversión, trabajo y situación económica actual”. Incluso invitó a los concejales a visitar el avance de las obras y compartió un link a su nueva cuenta de Instagram, creada recientemente, con escasa actividad y pocos seguidores.
Seis años de permisos y promesas
La historia de Marbella es un manual de cómo una “excepción” se convierte en regla. En 2019 se le otorgó un año de permanencia; en 2020, otro; en 2022, un permiso por 24 meses; y en 2023, la Ordenanza 25968 volvió a conceder dos años más, con condiciones claras: presentar un plan de traslado y un informe de avances a los 12 meses.
Ninguno de esos compromisos se cumplió en tiempo y forma. Los informes llegaron solo tras insistentes pedidos del Concejo y, aun así, la empresa sigue solicitando nuevas extensiones.
A esta altura, la “prórroga eterna” de Marbella ya no parece una cuestión técnica sino política: un síntoma de la tolerancia municipal frente a una empresa con peso histórico, en detrimento de los vecinos de un barrio que hace rato dejó de ser industrial.