La Tecla Mar del Plata
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Un estudio de investigadores del CONICET determinó que la zona más próxima al Puerto es el lugar del partido de General Pueyrredón con peor Índica de Calidad de Vida (ICV), en el marco de un trabajo de más de 20 años que determinó patrones en todos los poblados del país.
El análisis se basó desde una perspectiva geográfica, donde se buscó definir mediante una escala numérica que va del cero al diez, cuán bien viven las personas según su lugar de residencia. Así es que se desarrolló un mapa interactivo que permite conocer el nivel de calidad de vida en los más de 52 mil radios cenales en los que se divide el país. Cuanto mayor es el índice en determinado lugar, más verde se lo verá el mapa, mientras que el rojo indica lo contrario. Los interesados pueden acceder al mapa a través de una página web provista por CONICET.
“El desarrollo de este software significó para nosotros un enorme desafío desde el punto de vista informático, dado que implica que en tiempo real se transfieran, a través de la red, una cantidad de datos y se permita, a su vez, un número y un tipo de operaciones -con alto grado de precisión y detalle- poco frecuentes en aplicaciones de mapeo por internet”, explicó Alejandro Zunino.
En lo que respecta al partido de General Pueyrredón, la zona con peor registro es la zona aledaña al Puerto de Mar del plata, con un ICV de 3,64, contrariamente, las zonas céntricas oscilan entre el 8,5 y 9,3. El mejor registro lo obtuvo el radio censal delimitado por las calles Rawson, Falucho, Lavalle y Viamonte con un 9,38.
En términos generales, el partido presente la mismas tenencias que los grandes centros urbanos: los mejores Índices de Calidad de Vida se obtienen en la zonas céntricas y estos van decreciendo a medida que se que la población se asiente en la periferia.
“Para definir qué tan bien vive la gente que reside en un área determinada tomamos dos grandes grupos de indicadores: los socioeconómicos y los ambientales. En relación a los primeros tenemos en cuenta datos vinculados con dimensiones como la educación, la salud o la vivienda. En cuanto a los denominados ambientales, por un lado, atendemos a los clásicos problemas que pueden tener impacto negativo sobre el bienestar de los residentes –como inundabilidad, sismicidad, asentamientos precarios o contaminación- y, por otro, lo que llamamos ‘recursos recreativos’ –que pueden ser ‘de base natural’, como las playas, relieves, balnearios o espacios verdes, o ‘socialmente construidos’, es decir, teatros, centros deportivos u otras actividades de esparcimiento- como algo que favorece una mejor calidad de vida”, explicó Guillermo Velázquez, otro de los investigadores que formó parte del equipo que realizó es estudio.
Actualmente, la ecuación que utilizan los investigadores para calcular el índice de calidad de vida (ICV) en diferentes puntos del país atribuye un 60 por ciento del peso a los diversos componentes socioeconómicos y un 40 por ciento a los ambientales. No obstante, la importancia otorgada a los datos ambientales ha crecido –otrora, pesaban sólo un 20 por ciento- en virtud de la mayor y mejor disponibilidad de información y el mayor reconocimiento social de su valor respecto del bienestar de la población.