El movimiento de Lauría que generó un cimbronazo en Juntos por el Cambio

Solo los dos minutos y veinte segundos que duró la intervención de Nicolás Lauría bastaron para poner en tensión el trabajo quirúrgico que llevó adelante el oficialismo en los últimos días para generar las condiciones para el aumento del boleto del transporte de $25 a $35, dar una respuesta al reclamo de la CAMETAP y evitar la profundización del conflicto por el cual no hay servicio nocturno desde hace casi un mes.

Si bien no llegaba al número pretendido por los concesionarios del servicio, el estudio de costos con el cual el gobierno propuso un aumento del 40% generaba un punto de encuentro con el sector empresarial, mientras que también ya se había logrado el aval de espacios de la oposición, ya sea con el voto positivo de Agrupación Atlántica y Tercera Posición y una abstención de Acción Marplatense que facilite la aprobación del proyecto en la sesión del Concejo Deliberante prevista para el próximo viernes. Esto último, por estas horas, está en veremos.

“Esto no le he hablado en el bloque” advirtió Lauría, de Partido Fe, ni bien tomó el micrófono ayer, casi al cierre del debate en la Comisión de Transporte y Tránsito, donde el Ejecutivo había defendido el informe técnico y los concejales oficialistas, con el radicalismo a la cabeza, acompañado esa línea. Habló de lo difícil que es “tocar el bolsillo del trabajador en pandemia”, dijo estar “cerca de la gente” y que “el esfuerzo hoy lo tiene que hacer el empresariado”. Todo apuntaba a un sorpresivo voto negativo, aunque finalmente se abstuvo.

Sorpresa. En el público que seguía el debate por streaming, pero fundamentalmente en el resto de los integrantes de Juntos por el Cambio, Vilma Baragiola y Cristina Coria, por la UCR, y Agustín Neme y Guillermo Volponi, sus compañeros en Vamos Juntos. Lauría no había blanqueado o insinuado su postura ni en la reunión del bloque liderado por Alejandro Carrancio el pasado miércoles ni en el encuentro que el viernes tuvieron todos los ediles oficialistas con el Ejecutivo, encabezado por el coordinador de Gabinete, Alejandro Rabinovich. Todos vieron inmediatamente un movimiento del principal referente de ese espacio en la ciudad, Daniel Luna.

Además del propio voto de Lauría, en el gobierno están preocupados que el nuevo escenario genere una reconsideración en los concejales opositores que avalarían el aumento. Por estas horas, nadie garantiza el mínimo de votos que precisa el expediente para ser aprobado este viernes. El primer desafío será este mediodía, cuando la comisión de Legislación trate el proyecto ayer aprobado en Turismo. De mantenerse la misma postura, su presidente Coria debería apelar al voto doble para desempatar. Acción Marplatense, un actor clave, no tiene presencia en esa comisión. Tampoco Mercedes Morro, otra de las potenciales aliadas del oficialismo. Si Agrupación Atlántica, a quien se lo cuenta entre los positivos. Si la votación final está en riesgo, no se descarta que gane aire la propuesta del pultismo de transferir la responsabilidad de resolver el aumento al Ejecutivo.



El concejal reconoció que su postura no la conversó en el bloque Vamos Juntos.

 

Poco pudieron hacer en las últimas 22 horas desde el Ejecutivo y el resto de los concejales oficialistas para tener puentes con Lauría y Luna. Los teléfonos de ambos se saturaron de llamadas entrantes desde ayer al mediodía, aunque fueron escasos los que lograron ser atendidos. Los reproches no solo tienen destino hacia Fe, sino también se dirigen hacia el COM, la base de operaciones del intendente Montenegro.

La postura de Lauría volvió a sacar a la superficie viejos rencores por el armado de la lista de concejales en las elecciones del año pasado, donde el por entonces candidato a intendente se inclinó por poner de número 1 al Concejo Deliberante a una persona reconocida por su desempeño como basquetbolista aunque con nula experiencia en la política, como así también por un espacio, Partido Fe, con escaso desarrollo en comparación a las otros componentes de la lista con la que se impusieron en la interna frente al radicalismo.

También se multiplicaron las especulaciones sobre los motivos del movimiento que descolocó a propios y ajenos. No pocos miran lo que viene ocurriendo con Partido Fe a nivel nacional, donde desde diciembre evidenció un acercamiento al gobierno nacional y provincial.  Las rupturas con los interbloques de Juntos por el Cambio en Diputados de la Nación y en la Legislatura bonaerense son dos señales que nunca pasaron desapercibidas a nivel local. 

Lo que algunos leen como una señal de una próxima ruptura con Montenegro es desmentida desde el entorno de Lauría: “Luna responde a Luna”, consignó una fuente a La Tecla Mar del Plata, resaltando la autonomía de movimiento que tendría el referente respecto a la orgánica del partido fundado por el Momo Venegas.

El intento de ganar espacio dentro del armado marplatense de Juntos por el Cambio, otra de las vertientes en análisis. Con una incidencia limitada al área de Asuntos de la Comunidad, Partido Fe cree estar marginado en el reparto de poder dentro del Gabinete. Asimismo, las decenas de contratos de trabajo que se firmaron en los últimos meses tampoco habrían favorecido a Luna.

Por una u otra razón, lo cierto es que la abstención puso en riesgo la estrategia oficialista de cara a la sesión del Concejo Deliberante. Los ediles alineados al Palacio Municipal tampoco ocultaron su enfadó con las formas y el contenido del discurso de Lauría. El “estar cerca de la gente” se esperaba como fuego enemigo, no como propio. La situación tiene aún más sensibilidad si se considera que el ex Peñarol asumiría como intendente interino en caso que, por ejemplo, Montenegro deba tomarse licencia. Allí podría haber una respuesta a la rápida vuelta a las pistas del intendente solo tres días después de su reciente operación de cadera, donde no optó por una licencia médica y donde acortó extremadamente el reposo que en la mayoría de los casos demanda varias semanas.