Una agenda con obstáculos

La agenda legislativa que Guillermo Montenegro presentó ante el Concejo Deliberante en la apertura de sesiones, el 2 de marzo, quedó vieja en solo dos semanas.

Ya nada volvió a ser igual tras la irrupción de la pandemia que aún tiene en vilo al mundo entero. La gestión del coronavirus abarcó casi la totalidad de la discusión política en el gobierno.

Sin embargo, en los últimos meses, el intendente les dio impulso a los pedidos que le hizo al Legislativo en aquel lejano 2 de marzo: la reforma de la TSU, la agilización de las habilitaciones comerciales, el programa “Compre Marplatense”, la eliminación de la tracción a sangre, la regulación de los cuidacoches, la creación de la Patrulla Municipal, la “Ciudad del Conocimiento” y la ampliación del Parque Industrial. A estos se podría agregar un noveno: el nuevo pliego para el servicio del transporte de colectivos. De estos expedientes, hasta ahora se aprobó la creación de una comisión para el estudio del cálculo de la TSU, mientras que la ordenanza de las habilitaciones y el programa “Compre Marplatense” se están discutiendo en comisiones.

Pero la última discusión por el aumento del boleto de colectivo expuso las dificultades que tendrá el gobierno municipal para alcanzar buen puerto en sus iniciativas. Con 10 concejales en Juntos por el Cambio, más el acompañamiento que suele tener de Agrupación Atlántica, se sabe que la tropa del intendente debería hacer un juego de equilibrio en un Legislativo con fuerzas repartidas y sin mayoría propia: solamente 11 legisladores, de los 24, suelen levantar la mano por los proyectos del oficialismo.

Pero este esquema sufrió un cimbronazo en el intento de aumentar el 40% del boleto del transporte: de $25 a $35,24. El bloque de Vamos Juntos, de línea directa con el intendente, tuvo un momento de zozobra. El primer edil de la lista de Montenegro, Nicolás Lauría, se abstuvo en el primer debate en comisión y mostró su desacuerdo con la suba. Aunque luego se desdijo y votó positivamente, la herida quedó abierta en el seno del oficialismo, que, al no tener los votos en el recinto, debió apelar al salvavidas que le tiró el pultismo: transferir la facultad al intendente, que ya firmó un decreto para aumentar el boleto a partir del 23 de agosto.

La situación expuso la fragilidad en el sistema de alianzas: sin el acompañamiento de Acción Marplatense  para votar directamente la nueva tarifa, Juntos por el Cambio debió cambiar sus votos y transferirle la responsabilidad al jefe comunal para concretar la suba.

Una situación que, del lado de la oposición kirchnerista, se utilizó para volver a acercar al pultismo  con Juntos por el Cambio, reflotando la disputa entre Fernanda Raverta y Gustavo Pulti, ampliada tras la negativa de la mujer a ir una interna en los comicios de 2019. Y que, en efecto, sin mayoría propia siembra interrogantes en el gobierno para cumplir con éxito su agenda legislativa para este año.

 

El contrapeso del Frente de Todos y el único espacio de consenso

Con 9 ediles propios, más la alianza con el Frente Renovador, representado por Ariel Ciano, la bancada del Frente de Todos ocupa un lugar privilegiado como contrapeso del oficialismo, siendo el bloque con mayor cantidad de ediles. Si bien mostraron acompañamiento en la designación de los presidentes de los entes descentralizados y Obras Sanitarias, esa mini “luna de miel” se desvaneció de un plumazo con el voto negativo en el Presupuesto, a mediados de febrero, y ni hablar con la situación del boleto de colectivo.

El rol preponderante del FdT se traduce también en el reparto de las comisiones,  en un esquema que además puede poner en jaque al avance de los proyectos claves del oficialismo para este año. El bloque alineado con Fernanda Raverta preside 5 de las 12 comisiones internas en el Concejo. Entre ellas, la de Hacienda, a cargo de Virginia Sívori, la más relevante junto con la de Legislación.

Quizás el consenso se puede vislumbrar en la comisión de Reactivación Económica, donde el kirchnerismo, a pesar de los reparos iniciales, favoreció el proceso de aperturas de actividades que impulsa el área, en sintonía con los buenos vientos que corren en la relación del Municipio con Provincia y Nación.

 

Acción Marplatense: acuerdos con tensiones

Los votos del pultismo han sido esenciales para el gobierno. Esto se tradujo en el acompañamiento al Presupuesto. En tanto, el despacho de minoría que impulsó para el boleto fue el salvataje del oficialismo para que su propuesta no fuera rechazada. De todos modos, AM intenta erigirse por fuera de la grieta. Y así lo dejó entrever el bloque en la última sesión, donde le endilgó “falta de gestión” a Montenegro y a Raverta para conseguir más subsidios para el transporte. Además, con relación al COVID, criticaron la falta de testeos en la ciudad y la tardanza en el desembarco del DetectAR.

 

Seguridad o trabajo: la grieta no escapa al debate por los cuidacoches

El de los cuidacoches es uno de los debates que atraviesan desde años a los grandes centros urbanos del país. Lejos de la perspectiva prohibicionista que muchos reivindican, el consenso en General Pueyrredon apunta a la necesidad de regular el funcionamiento de la actividad. Las tensiones emergen en el cómo.

Sobre la base de una ordenanza de 1964 que regula la actividad, ya se presentaron dos proyectos  de reforma integral: uno de Vamos Juntos y otro del Frente de Todos. Con algunos elementos en común, las diferencias saltan a la vista. “La actividad de cuidadores de vehículos es una forma de subsistencia ante la desigualdad y la crisis económica y social”, planteó como base Sol de la Torre (FdT), cuando elevó la propuesta en compañía de organizaciones sociales.

“El proyecto aborda la actividad de manera integral, desde una perspectiva productiva, social y no estigmatizante, en pos de reivindicar  a los y las trabajadoras marplatenses de esta rama de la economía popular”, expresó, en un misil teledirigido al otro proyecto.

El oficialista Agustín Neme no esquivó el bulto. “El registro debe servir en primer lugar para sacar a los violentos de la calle; ayudar a quienes hacen las cosas bien para que puedan buscar otras alternativas, y finalmente erradicar esta actividad de nuestra ciudad”, sostuvo, desde su Twitter. “Una mirada desde la ‘economía popular’, sólo agrava el problema. Para nosotros, la seguridad de los vecinos es una prioridad”, planteó, en contraposición al kirchnerismo.