El desafío de Kicillof para quedarse con el bastón de mariscal
Se abre el debate del peronismo de cara a lo que viene y la renovación que tendrá la responsabilidad de recuperar la Nación en 2027. El Gobernador está dispuesto a conducir y hay sectores que lo empujan. Los reparos de Máximo Kirchner y el rol de Cristina
Por Hernán Sánchez y Andrés Sosa
“Axel puede y quiere, hay que ver si lo dejan”, se escucha mucho por estos días. El bastón de mariscal de la coalición peronismo-kirchnerismo alguien debe tomarlo para empezar a ordenar un espacio que no perdona derrotas, siempre tiene sed de poder y necesita una disciplina castrense que parte de un líder indiscutido. ¿Dejó de ser Cristina esa líder? No por ahora. La vicepresidenta en ejercicio fue quien, en el inicio de la temporada electoral, lanzó el bastón al aire y dijo “agárrenlo”, pero sin renunciar a su condición de jefa por encima de esa nueva conducción que fingió promover. Y eso es un problema.
El deseo de Cristina es que su sucesor sea Máximo Kirchner, pero el diputado no ha podido trascender su ascendencia más allá de los límites de La Cámpora y de una sociedad con un grupo de intendentes del Conurbano y, en un principio, con Sergio Massa. Esa simbiosis con el perdedor del balotaje ha entrado en una profunda crisis. Las sociedades de Máximo se achican.
En paralelo, crece el núcleo que se cobija bajo el manto de Axel Kicillof, el electoralmente exitoso gobernador, a quien acuden en su auxilio cada vez más espacios bonaerenses y a quien ahora miran con otros ojos sus colegas, sobre todo los del norte grande. Y si logra cerrar un acuerdo con el líder del Frente Renovador, que ya está muy encaminado, habrá inclinado la balanza a su favor.
En otros momentos del peronismo las dudas estarían despejadas. Kicillof ganó las elecciones y es quien aparece con mayor proyección hacia la nueva meta: recuperar el poder en el 2027. Tema cerrado. Pero en estos tiempos, las cosas son diferentes. “Acá el problema es que el árbitro sigue siendo Cristina”, afirmó un intendente que reconoce a Axel como su conductor, y es uno de los tantos que pugna para que se decida a conducir.
Cristina debe mediar entre su hijo natural devenido en político y su hijo político más querido. La relación de Máximo y Axel jamás pudo encaminarse y se agravó a partir de lo sucedido con Martín Insaurralde. La expresidenta le ha pedido a varios, entre ellos a Andrés Larroque, que interceda para que haya acercamiento. El “Cuervo”, que se alejó de La Cámpora por diferencias con Máximo, hoy está alineado a Kicillof y es un activo participante de la Mesa de Ensenada, conformada por kirchneristas no camporistas que hoy son el mascarón de proa del naciente axelismo.
Incomoda a Cristina la pelea entre el Gobernador y su hijo, pero si tiene que optar ya se sabe por quién será. Y si algo puede frenar a Kicillof en su deseo -y en la obligación que le empieza a demandar el espacio- es tener que enfrentarse a ella. “Axel debe tener iniciativa”, sentenció un hombre que brega porque Unión por la Patria se encolumne detrás del mandatario.
Lo distinto a otros momentos es que Kicillof parece decidido a dar la pelea por el liderazgo. Ha mantenido charlas con los otros gobernadores y con diversos espacios que jugaron dentro de Unión por la Patria. “Todo el mundo lo mira a él”. La frase, calcada, la repitieron un funcionario y un intendente. También coincidieron en que ese liderazgo debe sostenerse con un gobierno ordenado que pueda mostrar éxitos. “Cuidar la gestión es lo primordial”, sostuvo un jefe comunal del interior.
Juntar músculo político, más allá de la contundencia electoral, es primordial para un conductor. En ese sentido, ahora es clave el juego de Massa. Es una alianza que a Kicillof le puede costar cara, por el inconformismo constante del titular del Frente Renovador, pero sería determinante. “Si logra demostrar que el gabinete es propio, Axel se ubica en un lugar que no tuvo hasta ahora. Incluso puede ceder en la lucha por el control de Diputados (ver aparte) y que se arreglen en esa pelea Sergio y Máximo”, analizó un senador oficialista.
Más allá de esto, la medida que tiene Kicillof para saber dónde está parado políticamente es el reciente pedido de endeudamiento que mandó al Senado, para cuya aprobación necesita de los dos tercios de ambas Cámaras. Eso lo obliga no solo a consensuar con la oposición (hace más de una semana que empezó las charlas en tal sentido), sino también con los propios. La urgencia económica también se cuela en la discusión política interna.
“Están Cristina, Máximo y un no tan desaparecido Martín (Insaurralde) negociando con Axel el futuro gabinete, hay que ver si el Gobernador va a independizarse de eso o va a claudicar. Para ser el jefe de la oposición (al gobierno nacional) hay que independizarse de eso y ponerse por encima”, sentenció el mismo alcalde que aseguró que todos miran a Kicillof como el futuro líder y se espera que sea consecuente con ello.
La disputa por el bastón de mariscal tiene, como trasfondo, un pase de facturas duro a Máximo Kirchner que, por elevación, pone en discusión el rol de su madre. Para muchos, el proceso de transmisión de conducción de Cristina a Máximo no está avalado por la realidad ni por la dirigencia. No hay un traslado de mando claro, e incluso sectores de La Cámpora no reconocen a Máximo como primer líder.
Hay un kirchnerismo harto del kirchnerismo, y eso tiene que ver con un proceso de falta de discusión interna y un posicionamiento de superioridad, que cuando las cosas iban bien se soportaban, pero ahora son duramente cuestionados. El controvertido cierre de listas de este año, donde insólitamente el Gobernador no tuvo más lugar que para defender la candidatura a vice de Verónica Magario, sigue siendo tema de discusión. “Se terminó el dedo, no se puede digitar todo”, es una frase recurrente. En rigor a la verdad, ese planteo se ha hecho años anteriores y la cosa no cambió.
“Para la elección no tuvimos ni estrategia ni conducción, y menos mal que Sergio se puso la campaña al hombro para las generales después del fracaso en las PASO”, aseguró un hombre de extensa militancia, que desde hace tiempo reclama una discusión interna profunda para reordenar al peronismo y para que se vuelva al marco de las premisas del Movimiento Justicialista. ¿Podrá hacerlo Axel Kicillof, quien precisamente no tiene sus bases políticas en ese espacio? Muchos creen que sí, y aparecen cada vez más convencidos. El propio gobernador quiere y acciona en esa dirección. Queda por verse si podrá y, fundamentalmente, si lo dejarán.
EN DISCUSION
El PJ, la herramienta política para conducir la Provincia y Nación
Para el peronismo será fundamental el aspecto político para trazar la hoja de ruta que le permita resistir en una primera etapa y luego retomar la iniciativa con vistas al 2027. Axel Kicillof será la punta de lanza de varios sectores, y algunos lo proyectan más allá de la trinchera de la Provincia.
La Mesa de Ensenada está decidida a buscar que el presidente del Partido Justicialista bonaerense provenga de sus entrañas. De ese grupo, encolumnado detrás del Gobernador, resaltan Jorge Ferraresi, Verónica Magario y Fernando Espinoza, entre otros. Por supuesto, tal iniciativa implicará una discusión abierta con el actual titular, Máximo Kichner, y sus aliados.
En ese sentido, el pedido público de la renuncia del titular del PJ por parte de Fernando Gray le agregó pimienta a la discusión interna. “Corresponde que el presidente del PJ Nacional, Alberto Fernández, y quien se arroga la presidencia del PJ de la provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner, presenten sus renuncias. Ni más ni menos que lo hecho por Néstor Kirchner luego de la derrota del 2009”, dijo Gray, a quien el líder de La Cámpora desplazó de la titularidad del partido.
“Alguna reunión antes de fin de año va a haber, Máximo había anticipado que iba a convocar para diciembre”, indicó un miembro de peso del peronismo del Conurbano. El mandato del líder camporista vence en diciembre del 2025, pero eso podría adelantarse y no sería descabello pensar en un nuevo conductor del justicialismo.
Cerca de Kicillof adelantaron que “el peronismo se va a rearmar y ordenar”; y dijeron que “si a Milei le va mal eso se va a dar de forma natural porque cuando el peronismo huele sangre se ordena”.
De todos modos, entienden que “quien presida el PJ no es lo importante, lo importante es la gestión” por lo que no necesariamente piensan en que Kicillof sea el jefe del partido en la Provincia. No pocos apuestan por Ferraresi.
El dato es la proyección nacional que se realiza sobre Kicillof. “Es cierto que hay charlas con los gobernadores para ver si es el presidente del PJ nacional, y que Axel fue el que quedó mejor parado después de la elección, pero tampoco eso le saca el sueño, puede ser otro gobernador como Gildo”, expresó una alta fuente del oficialismo. Sin embargo, puso el ojo en que no se debe descuidar la administración. “Lo importante de cara a lo que viene es garantizar la gestión”, sentenció.
GUSTAVO MARANGONI
“El objetivo del Gobernador tendrá que ser ordenar al PJ”
El politólogo Gustavo Marangoni dio a conocer su análisis sobre la situación en la provincia de Buenos Aires y el protagonismo de Axel Kicillof. En ese sentido, dijo que “el rol del Gobernador va a estar signado, por lo menos en el momento inicial, en buena medida
por la economía”. Entonces, aseguró que “es muy probable que los recursos de Nación a la provincia de Buenos Aires disminuyan de manera sensible”.
Asimismo, sostuvo que la situación económica “puede afectar la agenda y la gestión del Gobernador. Lo puede obligar a definir la estrategia respecto del gobierno nacional. Habrá que ver qué hacen el resto de los gobernadores, si elijen la confrontación o la negociación. Es probable que muchos elijan esto último a la espera de ver cómo le va a la Nación".
Sobre el peronismo bonaerense, Marangoni afirmó que “lo que viene del PJ, tanto a nivel provincial como nacional, está marcado por la incertidumbre".
“El objetivo del Gobernador tendrá que ser ordenar al PJ provincial en la misma sintonía que su gobierno para defenderse de las políticas nacionales y también para tratar de articular un discurso que empatice con buena parte de la sociedad”, concluyó el analista.
EL CLAMOR POR LA CONDUCCION
La proyección del “líder natural” gana terreno y suma adeptos
Son varios los dirigentes que salieron a plantar bandera y visualizan que el nuevo periodo en el peronismo ya anuncia a su “líder natural” y se trata de Axel Kicillof. La reelección obtenida por un amplio margen en la provincia de Buenos Aires lo posiciona automáticamente como el máximo referente justicialista.
En declaraciones a Radio 10, el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque, manifestó que “hay que volver a poner al peronismo a nivel nacional en el lugar que merece” y aseguró que “hoy Axel es el representante institucional del Peronismo, tiene el cargo de mayor representatividad”.
Por su parte, el intendente de Ensenada, Mario Secco, habló sin eufemismos y lanzó: “No tengo dudas de que Axel puede liderar la oposición. El Gobernador es una gran alternativa. El peronismo se va a reorganizar detrás de la única propuesta fuerte que quedó en la Provincia, que es la de Axel. Entonces, le van a apuntar con todos los cañones”.
En tanto, su par de Berisso, Fabián Cagliardi, señaló a Radio Estación Sur que “Axel Kicillof es el próximo referente nacional del peronismo”, y remarcó que “nuestro próximo conductor será él y habrá que construir las condiciones para que eso suceda”.
Por fuera de la estructura de Unión por la Patria, la diputada nacional peronista del bloque Consenso Federal, Graciela Camaño, también se sumó al clamor. “El peronismo tiene gente que está legitimada y una de las personas legitimadas, le guste a quien le guste, es el gobernador de la Provincia. El tiene la inteligencia de pensar la nueva partitura. Quizá pueda ser la proa de la recomposición, pero para eso tiene que escribir una nueva partitura”.
UN REDUCTO VITAL
La llave de la Legislatura también juega un rol preponderante
La Legislatura bonaerense es un capítulo de peso en el esquema de poder que se precisa para llevar la gestión provincial adelante. En el entorno de Axel Kicillof señalan de manera desafiante que “se puede gobernar sin tenerla de tu lado”, y recuerdan que “ya la tuvimos así cuatro años y pudimos gestionar".
Sin embargo, entienden que el reparto de casilleros es necesario atarlo a la conformación del gabinete. Por eso, la distribución de roles en el Parlamento no será un tema a menospreciar.
El Senado es presidido por Verónica Magario, la vicegobernadora es una de las aliadas más cercanas a Kicillof con lo cual el Gobernador posee un puente seguro. Además, Teresa García es la actual jefa del bloque y hasta el momento no aparece nadie para disputarle ese rol. La senadora tiene línea directa con Cristina Fernández y no se ha mostrado muy de acuerdo con el planteo de las “nuevas melodías” del mandatario provincial. No obstante, no representaría un dolor de cabeza para la Gobernación.
El panorama es distinto en Diputados, donde conviven diferentes sectores que pugnan por ocupar dos lugares vitales: la Presidencia de Cámara y la jefatura de la bancada. La Cámpora, el grupo de intendentes alineados con Martín Insaurralde y el Frente Renovador, son los tres actores principales en ese ámbito.
El massismo antes del balotaje proponía al experimentado Rubén Eslaiman como titular de la Cámara, pero la derrota de Sergio Massa y el caso “Chocolate” alteraron los planes. “Lo escracharon a Eslaiman que era quien tenía más chances de ser presidente de Diputados”, contó un avezado dirigente, quien vinculó la situación a alguna mano negra que se encargó de operar en medios nacionales en perjuicio del “Turco”. El massismo atribuye a la sociedad Máximo-Insaurralde esa presunta maniobra, y pasó de la defensiva a la ofensiva.
Mariano Cascallares es otro de los candidatos para el trono que dejará Federico Otermín. Sin embargo, otra voz de peso adviertió que “es muy difícil de explicar que la Legislatura se la quede Insaurralde”, en alusión a los sucesos que tuvieron al exjefe de Gabinete en el centro de la escena. Pero Cascallares trasciende ese grupo y dialoga con todos.
En cuanto a la presidencia de la bancada, trascendió que Facundo Tignanelli fue propuesto por Máximo para ese lugar. Sin embargo, algunos creen que “Tignanelli no quiere volver a ser el presidente de bloque porque chocó mucho con Axel en los dos primeros años”.
El manejo de la Cámara baja es un tema clave a resolver, ya que el escenario requiere de mucha cintura para dialogar y negociar con la oposición.
APOYOS
La tropa intendentista, clave en el esquema de poder bonaerense
Los 85 jefes comunales con los que contará Unión por la Patria a partir del 10 de diciembre serán los que se encuentren en la primera línea de fuego en un contexto económico sumamente desfavorable. Tanto la estabilidad de la gestión como para la puja política interna, los alineamientos conformarán el nuevo esquema de poder con el que Axel Kicillof se desenvolverá.
El mandatario provincial deberá lidiar con la siempre tirante relación que posee con La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, y con aquellos intendentes que forman parte del grupo que se referencian en Martín Insaurralde (son poco más de una decena). Los camporistas ostentan 12 jefes comunales, entre los que resalta la quilmeña Mayra Mendoza. Además, tienen como aliados a Lucas Ghi (Nuevo Encuentro), Leonardo Boto y Mariel Fernández (Movimiento Evita), quien tiene una gran relación con el actual presidente del PJ bonaerense, a la vez que también tiende puentes con Calle 6.
Por otro lado, se encuentran los que gozan de buena sintonía con Kicillof y suman más de una veintena. Por ejemplo, los que están en la Mesa de Ensenada y sobresalen son Jorge Ferraresi, Fernando Espinoza y Mario Secco, entre otros.
A su vez, los históricos del Conurbano como Juan José Mussi y los territorios conducidos por Alberto Descalzo (por medio de su hijo Pablo) y Julio Pereyra (con Andrés Watson) también están alineados. En los últimos meses, Alejandro Granados, el histórico mandamás de Ezeiza, se acercó al mandatario provincial y Ezeiza, con su hijo Gastón, se encolumnó.
Luego hay una docena de intendentes del interior que se mueven enmarcados en la estructura del PJ bonaerense y no tienen terminales políticas definidas más que ellos mismos. Bajo la lógica de que quien conduce es el Gobernador, tejen lazos con los diferentes sectores.
El Frente Renovador pudo hacer crecer a su tropa y tendrá unos 15 caciques desparramados en todo el territorio. Además, la fuerza liderada por Sergio Massa genera lazos amistosos con sus pares vecinalistas y con algunos que juegan sueltos. Sin dudas, un marco de alianzas que Kicillof deberá refrendar en esta nueva etapa en la que requiere una mayor flexibilidad táctica para gestionar y conducir su gobierno en momentos en que la crisis económica se profundiza.
REUNION CON INTENDENTES
Lo urgente tapa lo importante y los apuros económicos copan la agenda
“Axel ganó y eso tiene un valor, un peso. Fue reelecto y triunfó por 20 puntos en la provincia más representativa, pero no hay que hacer futurología. Ahora hay que ver más las cuentas y qué va a pasar cuando asuma Milei”, aseveró un alcalde del Conurbano. Y sentenció: “Lo urgente tapa lo importante”, sobre todo para quienes tienen que llevar adelante responsabilidades ejecutivas.
“Cómo se van a dividir los roles de la construcción de lo que viene es muy importante para nuestro espacio, pero la urgencia es ver cómo se le da continuidad a la gestión de cara a las decisiones que tome el gobierno nacional. Cuando Milei asuma lo urgente es poder pagar los sueldos, ver si frenás la obra pública o no”, completó el jefe comunal.
Sobre eso se habló en la reunión que en el inicio de esta semana tuvo el Gobernador con los intendentes de Unión por la Patria; los que están, los que siguen y los que estrenarán el traje de jefes distritales el 10 de diciembre.
En esa reunión, más allá de planteos sobre la necesidad de mantener la unidad de la hasta ahora alianza gobernante y estructurarse detrás de la gestión de la Provincia, el tema central fue el de las necesidades económicas que atraviesan los municipios. El mandatario provincial les dijo que era imperioso que la Legislatura le aprobara el endeudamiento (en pesos por hasta el equivalente a 150 millones de dólares) que envió la semana pasada para poder asistir a las comunas. Muchos distritos están en una situación límite, con problemas para pagar los sueldos de diciembre y el medio aguinaldo.
“Fue un encuentro muy positivo, para tener una idea de cómo está la Provincia, cuáles son las necesidades de aquí en adelante, y mancomunar a la política y la gestión”, dijo el electo intendente de La Costa, Juan De Jesús. “El ajuste es una cuestión que no solamente va a perjudicar a los gobiernos, sino que fundamentalmente va a perjudicar a las personas”, sostuvo el alcalde costero, quien contó que el Gobernador habló de la reunión que tuvo con Guillermo Francos, quien sería ministro del Interior de Milei.
Al respecto, De Jesús comentó que Francos no le dio certezas al mandamás boonaerense “porque todavía no estaba elegido y hasta que no lo confirmen poco podía decir; escuchó y va a tratar de transmitir a quien tenga de transmitir, pero no sabemos los resultados”.
La encuesta que ubica a Axel Kicillof por encima del resto
La encuestadora CB Consultora Opinión Pública, que dirige Cristian Buttié, hizo un sondeo en el que se le preguntó a los entrevistados cuál era el dirigente del PJ que queda como líder de la oposición a Milei. Con un alto porcentaje que prefirió no inclinarse por ninguna opción (28,6%), el 32,4% dijo que el mejor posicionado es Axel Kicillof. Quien quedó más abajo de todo fue Alberto Fernández, con el 0,8%. A Kicillof lo siguió Sergio Massa (11%) y luego se ubicó Cristina Fernández (9,3%). Un 11,7% se inclinó por la opción “otro”.