La Tecla Mar del Plata
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En el Concejo Deliberante se avecina un panorama de fragmentación total. Tras las elecciones bonaerenses, los números parecían habilitar todo tipo de especulaciones, pero lo que se viene no es la unidad sino la atomización. “Cada uno hace su rancho”, se escucha en los pasillos, reflejando un escenario en el que nadie quiere compartir cartel.
La nueva composición dejará un mosaico de siete bloques: La Libertad Avanza (4 bancas), Vamos Juntos (5), Coalición Cívica (1), Nuevos Aires-UCR (4), Fuerza Patria (4), Acción Marplatense (4) y el Frente Renovador (2). En otras palabras, el oficialismo no logra unificarse bajo un interbloque y la oposición tampoco consigue articular algo parecido. Todos se miran de reojo, pero nadie se abraza.
Con esta configuración, los acuerdos deberán negociarse sesión a sesión, proyecto por proyecto, con la foto inevitable de un Concejo en el que sobran los sellos pero escasean las alianzas. El oficialismo sin mayoría automática, estaría con un número insuficiente para marcar agenda. Así, la política marplatense se prepara para un tiempo de rosca permanente y pactos de coyuntura, donde el pragmatismo reemplazará a la disciplina de bloque.