La Tecla Mar del Plata
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Mientras la política local se entretiene con recambios, licencias, internas partidarias y pulseadas por cargos, el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) muestra un mapa mucho menos glamoroso: 5.687 asentamientos en todo el país, todos con el mismo denominador común —falta de título, falta de servicios, falta de Estado— y una pregunta incómoda que nadie quiere responder: ¿cuándo empieza la urbanización en serio?
En General Pueyrredon, el diagnóstico también evita sutilezas: 71 asentamientos, 13.449 hogares y un ranking que desnuda la desigualdad con una frialdad quirúrgica. El podio lo encabeza Autódromo (1.320 viviendas), seguido por La Herradura (1.199), Las Heras (968), Parque Independencia (693) y Nuevo Golf (561).
Sí, la precariedad tiene GPS: se expande hacia el oeste y el sur, aunque, para ser justos, logra infiltrarse en casi todos los rincones del distrito. Incluso en zonas que ni siquiera están dentro del ejido urbano. Afuera del mapa, afuera de las estadísticas, afuera del sistema.
Pero la parte más jugosa del RENABAP es el calendario. El registro muestra por décadas cuándo aparecieron estos barrios. Y ahí se desnudan todas las gestiones, sin distinción de color político:
Años 80: 23,94%
Años 90: 29,58%
Años 2000: 8,45%
Años 2010: 11,27%
El dato que nadie quiere llevar a la mesa: el 73,24% surgió en democracia. Lo cual obliga a preguntar —aunque incomode— si el problema es la falta de recursos, la falta de planificación o simplemente la falta de voluntad. Porque barrios populares sobran. Lo que falta es que alguien se haga cargo.