26 de diciembre de 2025
¿Y LA DIGITALIZACIÓN?
Una sola oferta para digitalizar el Municipio: entre el parche temporal y el fantasma de la obsolescencia
En un acto administrativo que expone la soledad de la gestión digital en General Pueyrredon, la firma Munidigital S.A. se presentó como único oferente para proveer el sistema de gestión municipal. Con una cotización que supera los 44 millones de pesos por un servicio de apenas seis meses, la comuna intenta salir de un laberinto tecnológico mientras aguarda, con marcada incertidumbre, el tercer intento por contratar la infraestructura en la nube que sostenga su andamiaje administrativo.
El mediodía de este viernes 26 de diciembre de 2025 marcó un nuevo capítulo en la accidentada cronología de la modernización informática del Municipio de General Pueyrredon. En el marco de la Licitación Privada N° 27/25, destinada a la “Contratación de sistema informático de gestión municipal”, se procedió a la apertura de sobres con un resultado que, si bien garantiza una alternativa técnica, desnuda la falta de competencia en un área estratégica: solo la empresa Munidigital S.A. presentó una propuesta. La oferta, que asciende a la suma de $44.604.000,00, pone precio a una licencia de uso temporal por apenas seis meses, una cifra que se suma a la ya abultada cuenta que los contribuyentes marplatenses pagan por una transición digital que parece no encontrar su cauce definitivo.
Esta nueva erogación debe leerse en el espejo de las decisiones tomadas apenas diez días atrás. Mientras el Ejecutivo municipal autorizaba una prórroga de tres meses por $22 millones para mantener con vida el sistema heredado de la firma JOTAFI S.A., la aparición de Munidigital S.A. como oferente solitario confirma que la dependencia tecnológica de la comuna no ha disminuido, sino que ha mutado de nombre. Resulta paradójico que, transitando el cierre del año 2025, una administración local de la magnitud de General Pueyrredon se encuentre gestionando parches de corto plazo en lugar de soluciones estructurales. El pedido de cotización N° 1276 es elocuente al respecto: se busca una "licencia de uso temporal", lo que sugiere que la municipalidad sigue atrapada en una lógica de emergencia, alquilando software por semestre en lugar de consolidar una infraestructura propia y robusta.
El panorama se vuelve aún más sombrío cuando se analiza la base sobre la cual debe correr este nuevo sistema. Como ya se ha advertido, el sistema informático municipal padece un colapso silencioso que la gestión ha intentado mitigar mediante la migración a la nube. Sin embargo, ese proceso, bajo la Licitación Privada N° 24/25, ha sido un camino de frustraciones. Tras una única oferta por parte de la Cooperativa Batán que no logró despejar las dudas técnicas, el municipio se ha visto obligado a lanzar otro llamado. El próximo lunes 29 de diciembre será una fecha clave, ya que se abrirán los sobres de esta nueva convocatoria para la infraestructura en la nube, un componente vital sin el cual cualquier sistema de gestión, por moderno que sea en los papeles, corre el riesgo de quedar anclado en la parálisis por falta de servidores confiables.
La situación actual refleja una alarmante falta de planificación integral. Por un lado, se pagan millones en prórrogas a proveedores antiguos para que el sistema no se caiga; por otro, se licitan sistemas nuevos por períodos breves de seis meses que cuestan fortunas, y en un tercer frente, se lucha por conseguir un proveedor de nube que quiera hacerse cargo del almacenamiento de datos. En este escenario de fragmentación, la eficiencia digital es una quimera. El costo de la improvisación tecnológica no solo se mide en los millones de pesos que fluyen hacia contrataciones directas o licitaciones con oferente único, sino en la calidad de un servicio al ciudadano que, en pleno siglo XXI, sigue sufriendo las consecuencias de una infraestructura agotada.
Es imperativo que el nuevo ciclo político comprenda que la digitalización no es un gasto de mantenimiento, sino una inversión de soberanía administrativa. Llegar al final de 2025 con sistemas que requieren asistencia remota constante y licencias temporales de emergencia es el síntoma de una deuda tecnológica que la gestión municipal no ha sabido o no ha podido cancelar. La falta de competencia en las licitaciones —donde el "único oferente" parece haberse convertido en la regla y no en la excepción— debería encender las alarmas en los órganos de control. Mientras tanto, el lunes próximo, la suerte de la nube municipal volverá a ponerse a prueba en un escritorio oficial, cerrando un año donde la modernización fue más una expresión de deseos que una realidad operativa.