3 de junio de 2025
ELECCIONES 2025
Renovación clave en el Concejo Deliberante: 12 bancas en juego y una mayoría que podría tambalear
El 7 de septiembre se renovarán 12 bancas en el Concejo Deliberante de General Pueyrredon. El interbloque oficialista arriesga 8 de sus 13 lugares y podría perder la mayoría automática. Las negociaciones de La Libertad Avanza con el PRO suman incertidumbre al futuro del cuerpo deliberativo y de la política local.

Las elecciones legislativas del próximo 7 de septiembre serán determinantes para el futuro político del Concejo Deliberante de General Pueyrredon. Ese día se renovarán 12 de las 24 bancas, en un recambio que podría alterar los equilibrios de poder que hoy le otorgan mayoría automática al interbloque oficialista.
Dicho interbloque cuenta con 13 ediles, lo que le garantiza el control de las votaciones sin necesidad de acuerdos con otros sectores. Pero de esas 13 bancas, 8 están en juego este año. Los concejales cuyos mandatos finalizan en diciembre de 2025 son: Cristian Beneito (quien reemplazó a Fernando Muro tras su pase al Ejecutivo), Angélica González, Daniel Núñez, Marina Sánchez Herrero, Guillermo Volponi, Mercedes Morro, Gustavo Pujato y María Florencia Ranellucci.
Por parte de la oposición, son 4 las bancas que finalizan: Virginia Sívori, Ariel Ciano, Mariana Cuesta y Miguel Guglielmotti. Tanto Ciano como Sívori, González, Morro y Volponi no podrán renovar debido a que cumplirán dos mandatos consecutivos. Esto obligará a una reconfiguración de nombres y liderazgos en las listas, especialmente dentro del oficialismo, donde algunos de los nombres salientes ocupan roles estratégicos en la gestión o en el espacio político.
En este tablero, aparece un actor que puede inclinar la balanza: La Libertad Avanza (LLA). Aunque hoy cuenta con solo dos bancas y no integra formalmente ninguno de los bloques mayoritarios, sus movimientos son observados con atención. De cara a las elecciones provinciales y nacionales, que se realizarán en octubre, LLA negocia con el PRO una eventual alianza. La incógnita es si se tratará de un simple acuerdo electoral o si se traducirá en un frente de gobierno con impacto directo en la dinámica del Concejo.
Actualmente, la distribución de las 24 bancas es la siguiente: 13 concejales del interbloque oficialista, 9 de la oposición y 2 de LLA. Si el oficialismo pierde bancas y LLA gana representación, y formaliza una alianza política, el equilibrio de fuerzas podría mantenerse. Pero si LLA decide jugar con autonomía o si la oposición logra ampliar su presencia, el escenario se volverá mucho más fragmentado y exigirá consensos que hoy no son necesarios.
Asimismo, la Unión Cívica Radical (UCR) enfrenta un dilema interno que podría redefinir su lugar en el esquema de poder local. Parte del histórico partido integra el interbloque oficialista, pero las negociaciones entre LLA y el PRO generan tensiones que ponen en jaque su continuidad en ese espacio. Mientras un sector radical rechaza cualquier acercamiento al partido libertario por razones ideológicas y programáticas, otro evalúa que romper la alianza implicaría una pérdida considerable de poder y representación institucional. En ese escenario, la UCR local transita una verdadera moneda al aire: si acompaña la estrategia de confluencia corre el riesgo de fractura interna, pero si se desmarca podría quedar aislada en un escenario más polarizado y competitivo.
En este contexto, las elecciones de septiembre no solo definirán quiénes ocuparán las bancas por los próximos cuatro años, sino también si el intendente Guillermo Montenegro podrá sostener el control legislativo, en lo que resta de su mandato, sin depender de aliados ocasionales. En un año atravesado por la tensión económica, el descontento social y las reconfiguraciones ideológicas, el resultado en General Pueyrredon será una señal política clave para la etapa que viene.