La inflación de mayo fue del 1,5% según el INDEC, el nivel más bajo en cinco años. El dato fue celebrado con entusiasmo por concejales libertarios marplatenses, que salieron a destacar el logro en redes sociales. Sin embargo, el alivio aún no se siente en las góndolas locales ni en los bolsillos: los precios de alimentos y bebidas siguen mostrando aumentos semanales y el consumo cayó 4,8% interanual, profundizando una tendencia negativa que ya lleva más de un año.
Consultoras privadas como Econoviews, Analytica y el Laboratorio de Economía de la Fundación Libertad y Progreso (LCG) detectaron subas de hasta 0,7% solo en la primera semana de junio, con picos en carnes, café y yerba, mientras las verduras mostraron una leve baja. Analistas proyectan una inflación mensual inferior al 2% para junio, pero aclaran que esta “desaceleración” convive con una economía fría: el consumo masivo no repunta y los bienes durables y el turismo (sectores asociados a ingresos más altos) son los únicos que muestran movimiento.
En Mar del Plata, los números no acompañan el optimismo. La ciudad encabeza el ranking nacional de desempleo con una tasa del 8,6% y los combustibles volvieron a subir un 1,2% este mes. La brecha entre los datos macro y la realidad cotidiana se ensancha: mientras en la papelería se celebra, la heladera se achica.