La Tecla Mar del Plata
Todos los derechos reservados
En General Pueyrredon, siete de los doce concejales que finalizan su mandato en 2025 están con posibilidades de renovar sus escaños. Todo se define en estos dos días que quedan de negociaciones cruzadas, acuerdos por arriba y tensiones internas en cada fuerza para el cierre de listas previsto para el sábado 19 de julio a las 23:59.
Por el lado del oficialismo, dentro del armado local de Juntos, hay nombres que ya comenzaron a sonar fuerte. En el PRO, quienes podrían ir por otro mandato son Florencia Ranellucci y Cristian Beneito (que ingresó en reemplazo de Fernando Muro). Ambos buscan espacio dentro de las boletas del flamante Frente La Libertad Avanza, donde PRO y libertarios sellaron una alianza con reparto 70%-30%. Ranellucci incluso suena como posible cabeza de lista.
Del lado de la UCR, las fichas se mueven con mayor cautela. Marina Sánchez Herrero, actual presidenta del Concejo, junto a Daniel Núñez y Gustavo Pujato, también tienen mandato hasta 2025 y aspiran a renovar. Pero en el radicalismo abadista todavía no hay definición clara sobre si competirán dentro del frente libertario, si se replegarán en Somos Buenos Aires, el armado que reúne radicales, socialistas, lilitos y otros sectores, o si van por una vía alterna. Hasta el último minuto del sábado puede haber sorpresas.
En la oposición, en Unión por la Patria tiene dos ediles que vencen mandato: Mariana Cuesta, jefa del bloque, y Miguel Guglielmotti. Ambos aparecen en la danza de nombres de Fuerza Patria, el frente que agrupa a kirchneristas, massistas, vecinalistas y sectores del kicillofismo. Si bien aún no está cerrado, los dos figuran entre los que podrían repetir, siempre y cuando los acuerdos internos los ubiquen en lugares expectantes.
En todos los casos, la continuidad de estos concejales no depende solo de su voluntad o del desempeño que hayan tenido en el Concejo Deliberante: también entra en juego el lugar que ocupen en la lista, el peso de su sector dentro de cada alianza y, sobre todo, la letra chica de los pactos políticos que se cierren entre viernes y sábado.
Mientras la política local entra en su fase más agitada, los ediles que quieren seguir cuatro años más se aferran al teléfono, las reuniones discretas y el visto bueno de quienes definen arriba. Las listas todavía están abiertas. Y en este juego, nadie tiene la silla asegurada.