Con el inicio formal de la campaña para las elecciones legislativas bonaerenses, el tablero político de General Pueyrredon empieza a tomar forma. Las listas, con candidatos que buscan su lugar en el Senado provincial o en el Concejo Deliberante, examinan con lupa cada pieza de un rompecabezas que, para estos comicios, estará compuesto por 29 circuitos electorales.
Según el Censo 2022, el distrito, que incluye a Mar del Plata y Batán, tiene 667.082 habitantes y se posiciona como el cuarto más poblado de la Provincia de Buenos Aires. Además, la comuna posee el tercer padrón más grande: 575.613 argentinos están habilitados para votar en las legislativas del 7 de septiembre. Sumando los 20.564 extranjeros habilitados para sufragar en elecciones provinciales y municipales, la cifra total de electores llega a 596.177, un número que representa más del 80% de la población.

El interés político está especialmente focalizado en los circuitos con mayor peso electoral. El 366 lidera con 83.989 electores, seguido por el 367, con 69.899, y el 366 A, que suma 56.223 votantes. Estas áreas comprenden todo el centro y el macrocentro de “La Feliz”. Otros circuitos de relevancia son el 364 D con 39.895 electores, el 364 E con 29.549, el 370 con 22.976 y el 364 A con 22.795. En el extremo opuesto, el circuito 368 C apenas registra 67 votantes, marcando la diferencia en la escala del mapa electoral local.
Pero el análisis electoral va más allá de los límites geográficos: la composición demográfica y socioeconómica incide directamente en las estrategias y mensajes de campaña. Según el Censo, el 52,56% de la población de General Pueyrredon son mujeres (350.607) y el 47,44% hombres (316.475), mientras que 189 personas no se identifican con ninguno de estos géneros. Esto implica que aproximadamente el 53% del padrón está compuesto por mujeres, un dato relevante para los mensajes y propuestas de las listas.
En materia social, los datos reflejan desafíos complejos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la tasa de desocupación en Mar del Plata para el primer trimestre de 2025 fue del 6%, lo que significa unas 20.000 personas sin trabajo. A la vez, la tasa de ocupación demandante, bajó a 8,6%, frente al 12% del año anterior. La subocupación (trabajadores con menos de 35 horas semanales involuntarias que desean trabajar más) también se redujo, del 12,3% al 8,9%. Dentro de estos números, la subocupación demandante se ubica en 4,7% y la no demandante en 4,2%. La tasa de actividad (población económicamente activa) alcanzó el 50%, y la tasa de empleo, el 47%.
El último informe de pobreza del INDEC, con datos del segundo semestre de 2024, indica que el 28,9% de los habitantes del distrito viven bajo la línea de pobreza y un 3,3% en indigencia.
Complementariamente, un estudio de la Red Mar del Plata Entre Todos junto al Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) revela que uno de cada tres hogares presenta dos o más privaciones simultáneas que afectan su calidad de vida.
En cuanto a las condiciones habitacionales, el Censo informó que 660.569 personas residen en 256.657 viviendas particulares. Sin embargo, 86.285 de estas viviendas permanecen desocupadas, a pesar de la alta demanda inmobiliaria. Además, 61.360 habitantes no tienen acceso a la red de agua corriente, 100.802 carecen de conexión a cloacas, y 44.915 hogares no cuentan con internet. Mientras tanto, 432.456 personas viven en viviendas propias y 142.090 alquilan.
La edad del electorado es otro factor crucial en el análisis político. En las elecciones de 2023, el grupo mayoritario estuvo entre los 40 y 69 años, con 250.407 votantes, que representaron el 43,9% del padrón. Los menores de 40 sumaron 233.300 (41%), un segmento al que apuntan con especial atención las campañas digitales y el manejo de redes sociales. Finalmente, los mayores de 70 —85.778 electores, un 15% del padrón— completan el mapa. Cabe destacar que los jubilados representan cerca del 25% de la población. Aunque el voto es optativo para quienes tienen más de 70 años, la tradición indica que una buena parte de este grupo participa activamente en los comicios.
La combinación de todos estos factores configura un electorado con una cuarta parte de jubilados, una mayoría femenina y casi un 29% de personas en situación de pobreza. Este escenario obliga a las fuerzas políticas a segmentar mensajes y poner el foco en temas sensibles como empleo, seguridad, obra pública y desarrollo social.

En el plano estrictamente electoral, el 7 de septiembre estarán en juego 12 bancas en el Concejo y cinco en el Senado bonaerense por la Quinta. Para lograr una banca en el Concejo, las fuerzas deben superar el 8,33% de los votos válidos emitidos, una meta que en un escenario fragmentado con múltiples frentes y alianzas podría ser difícil de alcanzar.
La campaña apenas comienza, pero los comandos políticos ya trazan mapas, calculan porcentajes y cruzan datos de circuitos, edades, género y condiciones socioeconómicas para armar la estrategia que les permita encajar cada pieza del rompecabezas electoral. Desde el circuito más grande, con casi 84.000 electores, hasta el más pequeño, con menos de cien votantes, cada ficha tendrá un peso clave en la definición de resultados.
Cuando caiga el telón el 7 de septiembre, se conocerá quién supo leer mejor el mapa electoral y posicionarse en un distrito que, con sus particularidades demográficas y sociales, sigue siendo uno de los más complejos y decisivos en la Provincia de Buenos Aires.