La noche del 8 de diciembre de 1980 en las puertas del coqueto edificio Dakota, en Nueva York, John Lennon fue asesinado por Mark David Chapman, un joven de 25 años que había ido hasta ahí con el objetivo de acabar con la vida del ex Beatle. Yoko Ono, su esposa y compañera artística, fue testigo directo de aquel instante que conmocionó al mundo entero.
En ese marco, el asesino pidió en reiteradas ocasiones ser liberado de prisión. No obstante, la justicia no accedió en ninguna de las solicitudes realizadas por Chapman.
En 2020 salió a la luz una grabación correspondiente a una de las audiencias en las que Chapman solicitó la libertad condicional, recurso que ha pedido de manera reiterada desde el año 2000, cuando cumplió 20 años en prisión (la condena que se le estableció fue de 20 a años a perpetua).
Recientemente, se conocieron los motivos que lo llevaron a cometer el crimen que conmocionó a todos. “Lennon Era muy, muy, muy famoso, y esa es la única razón por la que lo elegí: yo estaba buscando mucho, mucho, mucho, la gloria para mí. Fui muy egoísta".
"Quiero añadir eso, y enfatizarlo profundamente. Fue un acto extremadamente egoísta. Lo siento mucho por el dolor que le causé a ella. Pienso en ella constantemente”, expresó Chapman en el registro.
Chapman también confesó que Lennon no era su único objetivo. Según reconoció, el músico formaba parte de una lista de posibles víctimas que incluía a políticos y celebridades.
Entre esos nombres aparecía el entonces recientemente elegido presidente estadounidense Ronald Reagan y Elizabeth Taylor, una de las actrices más célebres de Hollywood.
Como era de esperarse, la justicia revocó el pedido del acusado. Además, el tribunal esgrimió un aspecto de seguridad pública: la posibilidad de que fanáticos de Lennon intentaran vengarse de Chapman.
La oposición de Yoko Ono fue también determinante: en cada ocasión, expresó su rechazo a cualquier posibilidad de liberación, argumentando que el recuerdo de aquella noche aún pesa en su vida y que la liberación de Chapman representaría para ella una amenaza constante.