La Tecla Mar del Plata
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De cara al domingo 26 de octubre, Mar del Plata se prepara para vivir una interna peronista en versión XXL, que tendrá su reflejo más visible en los dos bunkers separados donde se esperarán los resultados de las elecciones nacionales. Entre kirchnerismo y kicilofismo, la ciudad se convierte en un termómetro de poder, ambiciones y futuras estrategias rumbo a 2027.
Por un lado, La Cámpora y el kirchnerismo local apostarán todo en la sede del Partido Justicialista de Italia 1933, epicentro de la coordinación de fiscales y de la operación política más tradicional. Del otro, los kiciboys del Movimiento Derecho al Futuro y Acción Marplatense seguirán los comicios o en la sede de AM o algún hotel céntrico, lejos de sus rivales.
La disputa no termina en los bunkers. Hasta los fiscales se terminaron repartiendo entre los circuitos electorales tras semanas de negociaciones y conflictos por la fiscalización de Fuerza Patria. La Central General de Trabajadores intervino para “apaciguar los ánimos” y se llegó a la solución salomónica: 29 circuitos divididos entre La Cámpora y los kici boys, mientras que el Frente Renovador se quedó con Batán. En total, 575.613 marplatenses habilitados votarán en 1.659 mesas distribuidas en 273 centros de votación.
Quedaron atrás los tiempos de Encuentro Marplatense, cuando Pulti y Raverta lograron marchar juntos. Hoy, las diferencias entre las facciones locales se potenciaron con la interna que se da arriba, en el PJ, y que ya quedó definida en los comicios bonaerenses: La Cámpora y aliados bajo Fuerza Patria por un lado; el pultismo con Movimiento Derecho al Futuro por el otro.
El resultado del domingo no solo dirá quién celebra en cada bunker: será el primer termómetro para evaluar la estrategia de cara a 2027, marcará los espacios de poder en la ciudad y perfilará la conducción del peronismo.
En Mar del Plata, los peronistas lo saben: domingo de elecciones, bunkers divididos y una interna que no dará tregua hasta 2027.