26 de octubre de 2025
PARADA OBLIGATORIA
Hasta el tanque le dijo basta: Milei votó pero en el camino tuvo que parar a cargar nafta
Sin declaraciones a la prensa y rodeado de militantes, votó Javier Milei. Sin embargo, la jornada electoral dejó una postal inesperada y con un toque de ironía, el Presidente se quedó sin nafta y tuvo que detener su vehículo en una estación de servicio.

El presidente Javier Milei votó esta mañana en una sede de la UTN del barrio porteño de Almagro, en medio de un fuerte operativo de seguridad con custodios y miembros de la Policía Federal y sin realizar declaraciones a la prensa.
El mandatario arribó minutos antes de las 11 junto a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. En la puerta del establecimiento saludó a sus seguidores que se acercaron al lugar y luego debió esperar más de cinco minutos para poder votar ya que tenía tres personas por delante.
También lo acompañaron, quien le maneja sus redes, el influencer Iñaki Gutiérrez, y el cineasta que registra todas su actividades, Santiago Oría.
Tras emitir su voto, el líder libertario se retiró saludando a más personas y posando para las fotos con algunas de ellas, mientras que luego se retiró en la camioneta que lo trasladaba junto a su hermana.
Tanque vacío
La jornada electoral dejó una postal inesperada y con un toque de ironía. El presidente Javier Milei, camino a emitir su voto, se quedó sin nafta y tuvo que detener su vehículo en una estación de servicio, la empresa estatal que tantas veces cuestionó.
El episodio ocurrió durante la mañana, cuando el auto en el que se trasladaba el mandatario se detuvo a mitad de camino rumbo a la escuela donde debía votar. Sin margen para esperar asistencia, Milei y su equipo optaron por la salida más práctica: cargar combustible en la estación más cercana.
La escena no tardó en hacerse viral. Entre fotos y videos que circularon en redes, los usuarios no dejaron pasar la coincidencia: “Ni el tanque aguanta el ajuste”, ironizó un internauta, mientras otros destacaron la paradoja de que el Presidente libertario recurriera justamente a una empresa que aún permanece bajo control estatal.
Con una sonrisa incómoda y rodeado de curiosos que aprovecharon para saludarlo, Milei esperó a que el tanque volviera a llenarse antes de retomar su camino. Finalmente llegó al establecimiento donde lo aguardaban los medios y los fiscales, algo demorado, pero con combustible suficiente para completar el trayecto electoral.
Un traspié menor que, en medio de una jornada cargada de expectativa política, ofreció una postal inesperada: el Presidente que promueve la privatización del Estado, repostando en la estación más estatal de todas.