HACIA LAS URNAS
La Tecla Mar del Plata
Redacción
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Tricotilomanía: alivio y dolor
Esta patología afecta a adolescentes y adultos jóvenes, provoca alopecia, infecciones estigma social. Los tratamientos actuales integran terapia cognitivo-conductual y medicación
La tricotilomanía consiste en impulsos recurrentes de arrancarse cabello de cualquier zona del cuerpo, generando alopecia y malestar. Se la incluye como una patología vinculada al trastorno obsesivo-compulsivo, a la ansiedad y a la depresión requiriendo exclusión de causas médicas para su diagnóstico. Asimismo, afecta a adolescentes y adultos. Esta situación no define identidades, pero sí requiere comprensión. El primer paso es hablar sin vergüenza, buscar ayuda profesional, y recordar que el cabello vuelve a crecer, y la autoestima también.La Técnica de Reversión de Hábitos logra la remisión parcial en adolescentes. Los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina como la sertralina reducen impulsos mientras la Terapia de Aceptación y Compromiso enfoca la adherencia a valores vitales más allá de la apariencia física en los adultos. El estigma social agrava el cuadro, sucede que los pacientes evitan actividades públicas como piscinas o peluquerías, y en redes sociales el hashtag relacionado acumula millones de interacciones. Este aislamiento alarga el ciclo de vergüenza y recaídas, retrasando la búsqueda de ayuda profesional.
Los tratamientos innovadores incluyen estimulación magnética transcraneal, exposición gradual mediante realidad virtual a situaciones desencadenantes, y cannabidiol.
Las recomendaciones prácticas abarcan el registro diario de situaciones estresantes, el mantenimiento de uñas cortas y empleo de gorros de satén nocturnos para minimizar daños. La comprensión social y el acceso temprano a una terapia cognitivo-conductual son clave para romper el ciclo. El cabello regresa con el control de impulsos, pero la autoestima requiere intervención integral. La tricotilomanía no define a la persona, aunque sí demanda atención urgente para evitar complicaciones físicas y emocionales irreversibles.
La tricotilomanía está caracterizada por impulsos recurrentes de arrancarse cabello, con intentos previos de resistencia y malestar clínicamente significativo. Además, para quien padece esta patología, el alivio inmediato refuerza el comportamiento.
El diagnóstico de la tricotilomanía debe ser realizado por un médico especialista, en general en esta rama son los dermatólogos. Solo se precisa una biopsia, en caso de haber una infección secundaria.
Otras enfermedades similares puede ser la alopecia que no tiene cabello roto o la tinea capitis que produce descamación.
Las primeras reacciones ante la aparición de la enfermedad pueden ser calvicie, ansiedad generalizada, depresión, y dermatitis.
Se recomienda una evaluación completa, posible medicación, o la terapia cognitiva-conductual.
Para reducir los daños posibles, se estima que es positivo mantener las uñas cortas y usar gorros de satèn por la noche.
Hay soluciones que se encuentran al alcance de la mano. Se pueden utilizar cubos antiestrés o pulseras con texturas. Además es recomendable llevar a cabo un registro con las situaciones que podrían ser desencadenantes.
Los tratamientos innovadores incluyen estimulación magnética transcraneal, exposición gradual mediante realidad virtual a situaciones desencadenantes, y cannabidiol.
Las recomendaciones prácticas abarcan el registro diario de situaciones estresantes, el mantenimiento de uñas cortas y empleo de gorros de satén nocturnos para minimizar daños. La comprensión social y el acceso temprano a una terapia cognitivo-conductual son clave para romper el ciclo. El cabello regresa con el control de impulsos, pero la autoestima requiere intervención integral. La tricotilomanía no define a la persona, aunque sí demanda atención urgente para evitar complicaciones físicas y emocionales irreversibles.
La tricotilomanía está caracterizada por impulsos recurrentes de arrancarse cabello, con intentos previos de resistencia y malestar clínicamente significativo. Además, para quien padece esta patología, el alivio inmediato refuerza el comportamiento.
El diagnóstico de la tricotilomanía debe ser realizado por un médico especialista, en general en esta rama son los dermatólogos. Solo se precisa una biopsia, en caso de haber una infección secundaria.
Otras enfermedades similares puede ser la alopecia que no tiene cabello roto o la tinea capitis que produce descamación.
Las primeras reacciones ante la aparición de la enfermedad pueden ser calvicie, ansiedad generalizada, depresión, y dermatitis.
Se recomienda una evaluación completa, posible medicación, o la terapia cognitiva-conductual.
Para reducir los daños posibles, se estima que es positivo mantener las uñas cortas y usar gorros de satèn por la noche.
Hay soluciones que se encuentran al alcance de la mano. Se pueden utilizar cubos antiestrés o pulseras con texturas. Además es recomendable llevar a cabo un registro con las situaciones que podrían ser desencadenantes.