El empresario Marcelo Porcel, de 51 años, imputado por presuntos abusos sexuales y corrupción de menores contra al menos nueve compañeros de sus hijos en el Colegio Palermo Chico, regresó a la Argentina desde Punta del Este (Uruguay) sin informar a la Justicia, incumpliendo las condiciones de su permiso de salida del país.
Porcel había obtenido autorización judicial para permanecer en el país vecino desde el 17 de diciembre hasta el 5 de enero de 2026, con motivo del casamiento de una sobrina.
La justicia aprobó el viaje al considerar que no existía riesgo de fuga, dado su arraigo y falta de antecedentes.
Sin embargo, fuentes judiciales confirmaron que el imputado volvió anticipadamente sin notificar el cambio, lo que representa una irregularidad que podría comprometer su libertad.
Ahora fue intimidado a informar su domicilio actual en un plazo de 24 horas.
La causa, iniciada en julio de 2024, investiga abusos ocurridos entre 2022 y 2024. Según las denuncias, Porcel captaba la confianza de los adolescentes, compañeros de sus hijos, invitándolos a su domicilio en Palermo, a una oficina en Retiro o a otros departamentos. Allí les ofrecía alcohol, organizaba juegos y apuestas online, y los incitaba a desafíos que incluían desnudarse a cambio de dinero, además de realizar masajes que derivaban en tocamientos.
Entre las pruebas clave figuran peritajes a celulares secuestrados en allanamientos de septiembre de 2024, donde se hallaron imágenes de un menor desnudo en la ducha y otras capturas que sugieren el uso de cámaras ocultas.
Porcel permanece en libertad con restricciones, como la prohibición de acercamiento a 300 metros de las víctimas, el colegio y el club GEBA.
El abogado de las familias denunciantes, Pablo Hawlena Gianotti, impulsa la indagatoria y posibles medidas más restrictivas.
La institución educativa desvinculó a la familia Porcel y activó protocolos de protección.