La Tecla Mar del Plata
Redacción
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Preservación patrimonial sin comisión: 30 años de incumplimiento mientras avanzan las torres
Las desarrolladoras aprovechan la falta de regulación para transformar casonas históricas en torres con “valor patrimonial agregado”. La Comisión Honoraria que debía controlar este proceso, nunca se constituyó. Mientras las compensaciones siguen sin un marco regulatorio claro, la ausencia de controles y la pasividad política alimentan una especulación inmobiliaria cada vez más voraz.
Mar del Plata tiene memoria de piedra. Las viejas casonas construidas por familias aristocráticas a lo largo del siglo XX, hoy muchas veces abandonadas o subutilizadas, son parte del patrimonio arquitectónico que define la identidad de la ciudad. Sin embargo, ese legado parece haberse convertido en un objetivo prioritario para constructoras e inmobiliarias, que —con el visto bueno del Ejecutivo— avanzan con un esquema que algunos ya denominan con sorna como el "Operativo Chalet".
No figura en boletines oficiales ni se anuncia en conferencias de prensa, pero se ejecuta con eficiencia desde 2021. ¿El método? Comprar terrenos con valor patrimonial, incluir la “puesta en valor” del chalet como parte del combo y, a cambio, solicitar excepciones urbanísticas que permiten levantar torres donde el Código de Ordenamiento Territorial no lo permite. Todo sin una normativa clara que establezca compensaciones mínimas para el interés público. La promesa de preservar una fachada se convierte así en la llave para construir a gran escala.
Pero algo cambió en 2025. La judicialización y posterior suspensión de la megalómana torre de 35 pisos en Stella Maris sembró dudas. Y mientras los proyectos inmobiliarios pierden velocidad, la política acelera rumbo a las elecciones. El 25 de julio vence la prórroga para definir el nuevo esquema de compensaciones urbanas. El reloj corre y el silencio normativo se vuelve cada vez más ruidoso.
Mientras tanto, más de 800 vecinas y vecinos firmaron una solicitud formal dirigida al intendente Guillermo Montenegro, exigiendo la conformación urgente de la Comisión Honoraria de Preservación Patrimonial, creada por la ordenanza 10075 en… 1995. Treinta años más tarde, esa comisión consultiva jamás fue constituida, a pesar de ser obligatoria y clave para garantizar una mirada técnica, democrática y transparente sobre los bienes patrimoniales.
Entre los fundamentos del pedido se destaca un informe del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP), que alerta sobre el peligro de las excepciones como vía rápida para la especulación. “En lugar de proteger el patrimonio, lo terminan habilitando para su transformación”, advierten. En criollo: las piedras se salvan en el render, pero no siempre en la obra.
La presentación solicita además que se suspendan nuevos anteproyectos de ordenanza que busquen modificar indicadores urbanísticos bajo la excusa de "poner en valor" propiedades patrimoniales, hasta tanto no se conforme la Comisión y esta participe de los expedientes en curso y futuros.
La ciudad sigue sumando metros cuadrados construidos, pero la normativa urbana sigue en stand-by. El desarrollo urbano, sin reglas claras y sin voz experta, avanza a fuerza de excepciones. Y el patrimonio, ese que tanto se exhibe como postal marplatense, queda en manos de quienes saben exactamente cuánto vale cada metro... y cuánto más vale si se borra lo que había antes.