26 de junio de 2025
SEGURIDAD Y GESTIÓN
“Trapitos”, subsidios y esfuerzo: Montenegro polariza con su discurso de orden
El intendente compartió otro video de un operativo del Cuerpo de Patrulla Municipal y lo usó para instalar una narrativa confrontativa con eje en el mérito y el rechazo al asistencialismo. En plena campaña, la seguridad urbana se convierte en plataforma discursiva.

En un nuevo capítulo de su estrategia comunicacional, el intendente de General Pueyrredon Guillermo Montenegro volvió a hacer foco en la seguridad urbana y el discurso del esfuerzo individual como forma de diferenciación política. Esta vez, fue a través de un video en sus redes sociales en el que se observa a un agente de la Patrulla Municipal interpelando a un “trapito” en las calles marplatenses. La escena, lejos de ser un hecho aislado, es parte de un patrón creciente: fragmentos de operativos filmados, editados y difundidos como cápsulas de un relato donde el orden se impone al “caos heredado”.
El video muestra una conversación tensa. El hombre afirma que no le falta el respeto a nadie, que es conocido por los comerciantes de la zona y que solo busca ganar algo de plata. La respuesta del agente, “Bueno, si querés plata andá a trabajar”, fue celebrada por el intendente, quien escribió: “El kirchnerismo les instaló la idea de que todo te lo regalan. (…) El que quiera vivir del esfuerzo ajeno, en esta ciudad va a encontrar un límite”.
La publicación refuerza: en el último tiempo, Montenegro ha redoblado su apuesta por un discurso de polarización dura, especialmente frente a sectores identificados con el kirchnerismo, al que asocia con la cultura del subsidio, el desorden y la impunidad. En ese marco, la figura del “trapito” es entendida como símbolo del espacio público sin control: alguien que “aprieta”, “desafía” y “exige”. La respuesta no es institucional ni técnica, sino ideológica: una línea divisoria entre quienes “se rompen el lomo” y quienes esperan “que el gobierno les tire algo”.
La estrategia se enmarca en un año electoral donde la seguridad y el orden social son ejes centrales de campaña. Montenegro convierte cada operativo en un acto político, en el que refuerza valores de esfuerzo, autoridad y orden. Por eso, la calle sigue siendo un terreno de disputa.