La Tecla Mar del Plata
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El gobierno de Axel Kicillof reactivó el programa bonaerense de Turismo Social, una política que busca sostener el derecho al descanso y la recreación en un contexto de ajuste nacional y caída del consumo. La medida llega con un gesto político claro: el regreso del histórico complejo de Chapadmalal al centro de la escena, hoy paralizado y bajo amenaza de privatización por parte del gobierno de Javier Milei.
La iniciativa fue oficializada mediante la Resolución 423/25 del Ministerio de Producción, que encabeza Augusto Costa, y plantea un esquema descentralizado de turismo social con apoyo de municipios y operadores privados. El plan apunta a ampliar el acceso a actividades recreativas de bajo costo y fortalecer el rol de los gobiernos locales, luego de que el Estado nacional se retirara de la gestión del turismo social a través del Decreto 216/2025.
Desde La Plata, el Ejecutivo bonaerense remarcó que el nuevo modelo busca “coordinar acciones territoriales que aseguren el acceso al turismo en condiciones de economía, accesibilidad, seguridad y calidad”. La Provincia se propone así recuperar un espacio de políticas públicas que el libertarismo decidió desmantelar, y que Kicillof ahora intenta resignificar con sello propio.
Uno de los puntos clave del relanzamiento es la recuperación del complejo de Chapadmalal, ícono del turismo popular argentino desde mediados del siglo XX. El predio fue declarado “inútil” por la Secretaría de Deportes, Turismo y Ambiente de la Nación y transferido a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), que ya trabaja en una licitación para concesionar los hoteles e incluso evalúa vender parte de los terrenos. Desde el gobierno bonaerense buscan revertir esa lógica y reabrir las unidades bajo gestión estatal o mixta.
En paralelo, se planifican circuitos turísticos de cercanía —en las sierras bonaerenses, el Delta y La Plata— pensados para contingentes escolares, clubes y organizaciones sociales. “La idea es que nadie quede afuera del derecho a viajar, aun en un momento difícil”, deslizan desde el Ministerio de Producción.
El relanzamiento se da en un contexto de contracción del consumo y turismo “más austero”, según la CAME. Sin embargo, en la gobernación bonaerense interpretan que, lejos de ser un gasto, el turismo social puede convertirse en una herramienta de inclusión y desarrollo local.
Con el regreso del programa, Kicillof busca sostener una marca de gestión ligada al Estado presente y, al mismo tiempo, marcar diferencias ideológicas con la Casa Rosada. La reapertura de Chapadmalal se perfila así como un nuevo frente en la disputa política entre el gobernador y el presidente Milei: una pulseada que, más allá de lo económico, pone en juego una visión sobre qué lugar ocupa el pueblo en las políticas públicas.