La Tecla Mar del Plata
Todos los derechos reservados
La iniciativa parte de una premisa clara: que dichas restricciones son “anacrónicas” y atentan contra la libertad de trabajar, circular y emprender, en especial en una ciudad turística como Mar del Plata, donde el domingo —día habitual de elecciones— representa un punto alto de actividad económica para rubros como la gastronomía, hotelería y comercio.
El argumento de Bussetti apunta a una modernización del sistema: plantea que el acto electoral no debería implicar una parálisis parcial de la vida económica y cultural, y que la madurez cívica de la ciudadanía es suficiente para garantizar el desarrollo normal de los comicios, aún con actividad comercial en paralelo.
Pero el proyecto también genera preguntas. ¿Hasta qué punto estas restricciones son innecesarias? ¿Qué impacto real tienen sobre la participación ciudadana? ¿Y cómo se garantizaría que los trabajadores de esos sectores puedan ejercer su derecho al voto sin obstáculos?
Flexibilizar las normas de la veda electoral podría abrir un camino hacia una lógica de consumo constante, donde incluso el acto democrático quede subsumido a las reglas del mercado. Pero también es cierto que el contexto actual, con una economía informal en crecimiento y miles de marplatenses que dependen del ingreso diario, obliga a revisar viejos esquemas.
Sin cuestionar el valor del voto ni el proceso electoral, el proyecto busca instalar una discusión sobre el equilibrio entre derechos cívicos y económicos, y deja en manos del Congreso la eventual modificación de una norma que rige desde hace décadas.